Se está desinflando el globo soberanista, o, al menos, el pacto suscrito por CiU y ERC para que coja altura? Igual no, pero una cosa parece cierta: en cuanto se empieza a hablar de dinero, los dirigentes catalanes suavizan sus posiciones.

La semana pasada, el ministro Montoro insinúo que el Gobierno estaría dispuesto a establecer un déficit a la carta -es decir, un objetivo de consolidación fiscal distinto para cada comunidad autónoma- en cuanto Bruselas, como se espera, permita que España supere el 4,5% exigido para 2013.

Este jueves, la insinuación se convirtió en propuesta a estudiar, y al día siguiente Mas se apresuró a decir que no le haría ascos al pacto fiscal que reivindicaba hace seis meses, aunque ya no sea su principal meta política. El presidente catalán ve ahora algún "resquicio" de voluntad de diálogo en el Gobierno.

Entre una cosa y otra, Duran, siempre Duran, habló en Madrid y dijo tener dos "impresiones": una, que ERC "se irá despegando" de CiU; y dos, que difícilmente podrá celebrarse en Cataluña una consulta soberanista legal sin llegar antes a un acuerdo con el Gobierno de Rajoy. La misma tesis que mantiene el PSC de Navarro.

Era lo que necesitaba el PP. Esa misma tarde -la del jueves-, Montoro hizo oficial su insinuación de la semana anterior, y el viernes la vicepresidenta Santamaría agradeció al líder democristiano la disposición al diálogo que traslucían sus palabras, que el Gobierno, "indudablemente, aprovechará", dijo.

Para rematar, ayer la presidenta del Parlamento catalán, Núria de Gispert -de Unió, como Duran, no de Convergència-, no descartaba que la consulta soberanista, programada para 2014, tenga que posponerse, "si al final sigue la crisis, Dios no lo quiera".

Sin embargo, la crisis seguirá, eso es seguro, y, para afrontarla -sobre todo, si consigue arrancar un techo de déficit más alto-, Mas prefiere ahora el consenso al pacto firmado en exclusiva con Esquerra. Por eso ha pedido de nuevo a Junqueras y a Navarro que entren en el Gobierno. Los dos le han dicho ya que no, pero ERC empieza a darse cuenta de que Mas puede estar tentado de recular en el camino hacia la independencia, e ingeniárselas para que parezca que es Junqueras quien "se despega" de CiU. Por ejemplo, si triunfa la tesis de Duran y el PSC de que la única consulta posible es la consulta legal, con la que Esquerra no comulga.

Esa opción tiene ahora más visos de imponerse que antes, ya que el sector más independentista de Convergència "perdió" esta semana a Oriol Pujol, quien, tras ser imputado en el "caso de las ITV", delegó sus cargos en el partido y el Grupo parlamentario, aunque retuvo el acta de diputado.

El perfil bajo que Pujol hijo deberá mantener hasta que se aclare su situación judicial abona el terreno para un cierto repliegue de posiciones en lo soberanista. Además, en los próximos meses, el debate virará hacia lo económico: nuevo objetivo de déficit para España -y, en consecuencia, para Cataluña-, Presupuestos catalanes para este año, todavía sin presentar... No parece el terreno más propicio para que ERC haga avanzar el proceso soberanista, y menos si, gracias a Montoro, Mas puede vender como un éxito propio un incremento del gasto público.

Lo malo es que Junqueras puede cansarse de esperar, dejar caer al Gobierno y forzar la convocatoria de nuevas elecciones; y, según un sondeo del instituto demoscópico de la Generalitat, los de Junqueras serían la fuerza más votada, aunque CiU aún ganaría en número de escaños.