Iñaki Urdangarín afirmó ante el juez José Castro que colocó a su esposa, la infanta Cristina, en el consejo de dirección del Instituto Nóos en un ejercicio de transparencia. El duque de Palma rechazó, como mantiene el fiscal, haber usado a su mujer y al secretario de las infantas, el también imputado Carlos García Revenga, como gancho para captar clientes privados e institucionales para Nóos.

Urdangarín fue interrogado el 23 de febrero en Palma sobre las funciones y composición del consejo de dirección de Nóos. La cúpula de la asociación estaba formada por él como presidente; Diego Torres, como vicepresidente; la infanta Cristina, como vocal; Carlos García Revenga, como secretario; y Miguel Tejeiro, cuñado de Torres, como secretario.

Según los investigadores, Nóos empleaba un folleto de presentación donde se remarcaba que la infanta y García Revenga formaban parte de la dirección del instituto. Urdangarín aseguró que él no tuvo nada que ver con la edición del folleto, que está incorporado al sumario como una presunta prueba de cargo; pero insistió en desvincular a su esposa y a García Revenga de los negocios de Nóos, en contra de la tesis que mantiene su exsocio Torres.

Torres declaró al juez el 16 de febrero que el Rey, la infanta y la Casa del Rey supieron en todo momento de las operaciones que Urdangarín hizo con Nóos, y que la duquesa de Palma asistió a reuniones del consejo de dirección y su esposo le consultaba todos los asuntos de importancia.

El yerno del Rey, en cambio, afirmó el pasado sábado al juez que metió en la dirección de Nóos a su esposa y a García Revenga "porque eran personas de mi máxima confianza y para practicar la máxima transparencia". Y fue categórico en su intento de apartar a la infanta del caso: "Ella no hizo nada de nada".

Por otro lado, Urdangarín aseguró al juez y a los cuatro fiscales anticorrupción mallorquines que apenas le quedan 80.000 euros en sus cuentas. El duque añadió que ha dejado de pagar dos recibos trimestrales de la hipoteca del palacete que compró en el exclusivo barrio barcelonés de Pedralbes y que ha tenido que inyectar capital en su empresa Aizoon, que está en números rojos.

Para comprar la lujosa vivienda, la pareja obtuvo en 2004 un préstamo hipotecario de la Caixa de cinco millones, de los que hace unos meses todavía les quedaban casi 3,5 por devolver.

Urdangarín le dijo al juez que, tras perder su empleo en una filial internacional de Telefónica, anda mal de dinero. Ayer, su abogado, Mario Pascual Vives, declaró que ve "complicado" que los duques puedan afrontar los pagos de la hipoteca con sus ingresos actuales. Sin embargo, Pascual rechazó que la situación pueda desembocar en un desahucio de su cliente.

Entre tanto, la web de la Casa Real (www.casareal.es) ha eliminado de sus páginas todo rastro de las actividades de Urdangarín desde que fue incluido como miembro de la familia real. Sin embargo, fuentes de la Casa del Rey dijeron a "Europa Press" que esa operación no es reciente, y fue realizada el pasado 26 de enero.