La primera sesión de la comisión del Parlament para debatir la prohibición de las corridas de toros en Cataluña puso ayer de manifiesto la falta de convergencia en los argumentos de los ponentes.

La treintena de ponentes convocados -entre toreros, filósofos, escritores y científicos- disponen de tres jornadas para intentar convencer a los parlamentarios de que apoyen o no la prohibición de las corridas en Cataluña.

La plataforma PROU planteó en una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) la prohibición de las corridas, que fue aceptada a trámite por la cámara catalana el pasado diciembre.

Los defensores de las corridas tuvieron su voz más vehemente en el apoderado del torero José Tomás, Salvador Boix, quien criticó la "hipocresía" de una iniciativa que quiere "aniquilar" la tauromaquia.

En la comisión de Medio Ambiente, Boix señaló que la prohibición se está utilizando políticamente, creando una nueva "fractura" en la sociedad catalana. Rechazó el argumento animalista de la ILP porque no incluye los tradicionales "correbous" de Tarragona -que CiU y ERC defienden- por lo que ha reclamado la misma "libertad" para los toros tras defender su "catalanidad".

La escritora protaurina Natalia Molero aludió a la capacidad del toro para liberar metaendorfinas cuando está "en combate" que "anestesian" su dolor, y que se convierte en una "excitación agresiva" que, remarcó, es la base de la Fiesta.

Espectáculo "de sentimiento"

El torero retirado José Miguel Arroyo, "Joselito", pidió "respeto" para los aficionados del toreo, un espectáculo "de sentimiento", y cuyo fin supondría, ha dicho, la desaparición del toro bravo.

Esta idea fue respaldada por el biólogo y miembro de la Plataforma de difusión de la Fiesta Jaume Josa, quien reclamó una memoria económica de lo que supondría la prohibición en Cataluña.

La vicepresidente de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, Marilén Barceló, aseguró que se puede ser "catalán y taurino" y que no vería válida la posibilidad, apuntada por el diputado de CiU Josep Rull, de que las corridas no acaben con la muerte del toro, como ocurre en Portugal.

Frente a estos argumentos, el científico Jorge Wagensberg entró a matar en su exposición anticorridas al mostrar los instrumentos utilizados en la lidia: la puya, "que destroza los músculos y le impide (al toro) levantar la cabeza", las banderillas o "la espada cuya punta busca el corazón, atravesando los pulmones".

"¿Estos instrumentos duelen? Claro que duelen", subrayó el director del Cosmocaixa, que ve inadmisible un espectáculo basado en el sufrimiento de un animal.

El científico pidió a los partidos que concedan libertad a sus diputados en la votación final de la ILP, propuesta que al representante del PSC, David Pérez, le pareció correcta siempre que la cumplan todos los partidos, para evitar votos en bloque.

El etólogo Jordi Casamitjana afirmó que existen numerosos estudios que demuestran que el toro sufre en la plaza, a lo que el catedrático de lógica de la UB Jesús Mosterín añadió que "la tortura es más grave que la muerte".

El ex torero Antonio Vicente, antitaurino y presidente del colectivo andaluz contra el maltrato animal, destacó que "los aficionados ven arte donde hay sangre y cultura donde sólo hay tortura". Vicente negó que haya antiespañolismo en la prohibición de los toros en Cataluña y recordó que Canarias abolió las corridas y nadie vio entonces en ello una postura nacionalista.

Las comparecencias continuarán hoy con la presencia, entre otros, del torero Luis Francisco Esplà o el filósofo de la Universidad de la Sorbona, Francis Wolf.