"Ana Botella se enamoró de él, en el buen sentido" y Álvaro Pérez, alias el Bigotes, "tuvo un éxito tremendo hasta que llegó Mariano". Así lo testificó Francisco Correa ante el juez Garzón al poco de ser detenido. Numerosos cargos y ´pesos pesados´ del PP aparecen en las conversaciones grabadas a los cabecillas de la trama. Así, en una de ellas, El Bigotes revela que Francisco Camps tenía la obsesión de poder retratarse con Obama. Y es que Correa se jactaba con frecuencia de la estupenda relación que mantenía dentro del PP. Y al más alto nivel, como el actual secretario de Comunicación, Esteban González Pons, o el ´yernísimo´ del ex presidente Aznar, Alejandro Agag.

La parte del sumario del caso Gürtel sobre la que ayer se levantó el secreto revela detalles de los estrechos vínculos que los más destacados miembros de la trama corrupta mantenían con dirigentes del PP y arroja sospechas sobre la financiación de este partido.

Las conversaciones intervenidas con autorización judicial y mantenidas por los miembros de la trama dirigida por Francisco Correa entre ellos y con responsables del citado partido –especialmente en la Comunidad Valenciana– dan idea de la intimidad de las relaciones entre unos y otros.

Las relaciones de Correa

Correa no duda en jactarse de sus extensas relaciones en el PP: presume de su influencia sobre el secretario de Comunicación del PP y ex consejero valenciano Esteban González Pons para obtener recalificaciones urbanísticas y hasta dice que fue el yerno del ex presidente del Gobierno José María Aznar, Alejandro Agag, cuyo nombre figura en la caja B de la trama, quien le presentó a El Bigotes.

Tanto Esteban González Pons como Alejandro Agag negaron ayer su relación con la trama y amenazaron con acciones legales a quienes le vinculen con ella. Y es que antes, el PSOE había pedido al actual secretario de Comunicación del PP que explicase su relación con las recalificaciones de terrenos en la Comunidad Valenciana, de donde fue consejero. Sobre esta petición, el dirigente popular exigió a los socialistas que "se lean bien las cosas antes de hacer declaraciones".

Hasta la mismísima Ana Botella fue citada por Correa. Según éste dijo al juez Baltasar Garzón el pasado 9 de febrero nada más ser detenido, Ana Botella "se enamoró de él (de Álvaro Pérez, El Bigotes), en el buen sentido" y que "tuvo un éxito tremendo hasta que llegó Mariano (Rajoy)", momento en el que Francisco Camps se lo llevó a Valencia para organizar las campañas del PP valenciano a través de su empresa Orange Market.

En otra conversación, El Bigotes cuenta que el presidente de la Generalitat valenciana quería hacerse "una foto" con Barack Obama y que él le había convencido de que eso era imposible y le ofreció como alternativa un encuentro con el gobernador de Nuevo México. Un mes después, Camps viajó a Estados Unidos y se entrevistó con Bill Richardson.

El del secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, es otro de los nombres que aparecen repetidamente en las intervenciones telefónicas, bien porque Pérez y otro de los imputados –el gallego Pablo Crespo– gestionan para él la adquisición de un vehículo de alta gama, bien porque Correa le augura personalmente que será el "futuro presidente del Gobierno de este país".

"A los amigos no hay que pedirles nada, los amigos lo dan", dice El Bigotes en una de las decenas de conversaciones en las que los apelativos cariñosos –Costa es "Ric"–, los apodos despectivos –el de Camps era "el curita"– y las palabras malsonantes –"hijo de puta" es la favorita– se entremezclan, como los miembros de la trama mezclaban negocios y política.

Nada escapaba al interés de Correa, que lo mismo planea formar un partido político para concurrir a las elecciones municipales en Majadahonda (Madrid) que aconseja a su mujer, la también imputada Carmen Rodríguez, que le haga saber a Miguel Blesa (presidente de Cajamadrid) que le va a respaldar en la batalla que la Comunidad y el Ayuntamiento de la capital mantienen por el control de la caja.

Alejandro Agag aparece en las anotaciones de la contabilidad B que llevaba la trama dirigida por Francisco Correa, como también aparecen varios de los imputados por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Así consta en el informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional, que ayer comenzó a repartirse entre las partes personadas en la causa. Según este informe, el también imputado José Luis Izquierdo, hombre de confianza de Correa, era quien controlaba el dinero de la caja B en las oficinas principales del conglomerado empresarial de la red en Madrid.

Izquierdo, por orden del ex secretario de organización del PP gallego Pablo Crespo y número dos de la trama de Correa, llevaba un detallado control de la contabilidad y, para ello, había abierto una cuenta por cada persona física, jurídica o evento. En el informe policial se destaca que durante el registro practicado en el domicilio particular de Izquierdo, éste intentó esconder en la mano una memoria externa, lo que pone de manifiesto que "conoce la relevancia de la información que almacena" el dispositivo y la sensibilidad y confidencialidad de los datos.

Entre las personas físicas que figuran en esa contabilidad están Alejandro Agag y los imputados Álvaro Pérez El Bigotes, Antoine Sánchez, los diputados autonómicos del PP en Madrid Benjamín Martín Vasco y Alberto López Viejo, el ex alcalde de Boadilla del Monte Arturo González Panero, el ex eurodiputado Gerardo Galeote y su hermano Ricardo, ex concejal del PP en Estepona (Málaga). También parecen cuentas individualizadas de eventos como actos de Nuevas Generaciones, campañas electorales, congresos y convenciones.

Por otra parte, Correa señala en una conversación incluida en el sumario que el ex consejero de Madrid Alberto López Viejo era "el muñidor de toda la operativa" y lamenta que le debe todavía un millón de euros. En este diálogo, Correa afirma: "Cada acto que hacíamos de la Comunidad de Madrid, se llevaba una pasta Alberto", de quien dice que, como viceconsejero de Presidencia, "él decía: ahora es un acto de Sanidad, que cuesta 80.000 euros y facturáis 11.900 IVA incluido a fulanito, a través de una empresa, otros 11.900 y pico...".

Además de Galicia, también las cuentas del partido en la Comunidad Valenciana están bajo sospecha, por lo que la Fiscalía Anticorrupción solicitó ayer mismo al instructor del caso en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid que investigue los indicios de una supuesta financiación ilegal.

Correa: "Paco Cascos, con el que tenía cierta relación, me dió la cuenta de Aena"

El día 9 de febrero de 2009, cuando Francisco Correa estaba explicando al juez Baltasar Garzón el momento en qué contrató a Pablo Crespo, se refirió al anterior hombre de confianza que tenía en su grupo , llamado Rafael de León. Al explicar qué hacía en aquellos años, Correa le explicó al magistrado: "Pablo Crespo se empezó a quedar con este tema en 2000, pero previamente a Pablo Crespo yo contraté a Rafael de León, un amigo mío, y lo puse también a llevar (...) Era director general del Grupo Terrates con Ofrisa Padrós, y le dije, aunque no tenga nada que ver con el tema tuyo de obra de cemento, vente y dirige un poco este tema de (...) y le das un poco de forma a esto, y estuvo un par de años este chico, que luego me llevé un gran disgusto porque (...) una de las cuentas que teníamos entonces era de AENA [Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, organismo dependiente del ministerio de Fomento], porque Paco Cascos, con el que yo tenía una cierta relación, me la dio la cuenta de AENA y era una prenda muy importante porque se hacía Fitur y se hacían un montón de eventos". El ex vicepresidente y ex ministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos ya había dejado claro, cuando se publicaron todos los contratos de AENA con las empresas, que en ningún caso se había dado ningún trato de favor a las empresas de Correa y que las adjudicaciones de los distintos trabajos se había hecho respetando la legalidad vigente y las normas sobre contratos del Estado.

Aquel día Correa declaró que el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, habría ayudado a su socio Álvaro Pérez Alonso, el ´Bigotes´, con los trámites de recalificación de unos terrenos en La Nucía (Alicante). "Hablando con Paco Camps se lo aprobaron, que no se si eso se llama tráfico de influencias", dijo. El Bigote reveló por su parte que Camps quería que le consiguieran una foto con Obama.

Además Correa se jactó de su influencia sobre "el hipo de puta de Esteban González Pons, que me lo arregla con el pollo que está cayendo en Valencia". En la ´Caja B´ Correa aparece el pago de 480 euros a una empresa de animación para el cumpleaños de "Michavila", en alusión al ex ministro de Justicia José María Michavila.