En concreto, la Memoria destaca en este sentido que el ámbito de extensión de tal corrupción es amplio y abarca "cada uno de los tres poderes clásicos del Estado".

"La relación mafiosos-políticos llega hasta el punto de que las relaciones con políticos e instituciones públicas se convierte en un componente mafioso", advierte Anticorrupción, que cita como ejemplo de ella la compra de votos a favor de aquellos políticos sumisos a los intereses mafiosos.

Según explica la Memoria de 2008, debido a que los funcionarios públicos son los responsables de hacer cumplir la ley, la corrupción de dichos funcionarios es uno de los requisitos -aunque parezca sólo uno de sus efectos- para la supervivencia y el desarrollo del crimen organizado.

Entre los ámbitos de actuación de estos grupos, Anticorrupción destaca la contratación de obras públicas, en la que, al tiempo que consiguen beneficios patrimoniales, amplían sus contactos políticos, como sucedió con la mafia italiana a mediados del siglo XX.

Además, señala que para conseguir el blanqueo de sus operaciones en el mercado legal, el crimen organizado disfruta de ventajas como consecuencia de la tendencia al monopolio de los negocios que emprende.

Así, subraya que estas organizaciones suelen tener recursos económicos notables, que les permiten una financiación propia, y costes laborales "mínimos" o "inexistentes", dado que sus empleados pertenecen a la organización o son intimidados por la misma.

De la misma forma, las mafias logran hacer desaparecer la competencia, ya que las personas que desarrollan la misma actividad son conminadas a realizarla sin afectar a sus intereses, "cuando no se produce su desaparición violenta o fraudulenta".

En la lucha contra el crimen organizado, la Fiscalía Anticorrupción aboga por impulsar la cooperación internacional y establecer tipos penales eficaces frente a la asociación de carácter criminal y suprimir las ventajas patrimoniales.

Esto se debe conseguir -a su juicio- con la incriminación del delito de blanqueo de capitales, el establecimiento de un sistema eficaz de decomiso y la especialización de los tribunales.

Aunque reconoce que es difícil encontrar una definición común del crimen organizado, la Fiscalía enumera varios factores para identificar a las bandas mafiosas, entre ellos la organización jerárquica, la estructura empresarial -con negocios lícitos e ilícitos- y el empleo de la corrupción para conseguir la impunidad.

Igualmente, considera que una de las razones de ser de las mafias es la facilidad que tienen para llenar vacíos producidos por las necesidades sociales que no son satisfechas por el Estado, lo que hace que dediquen su esfuerzo a conseguir un reconocimiento público.

"Los jefes del crimen organizado buscan ser considerados como empresarios" -indica la Fiscalía-, lo cual logran, desde la perspectiva personal, alejándose de la ejecución material del delito, y, desde la perspectiva patrimonial, a través de la inversión en sectores y negocios legales y el lavado del dinero obtenido de las actividades delictivas.