En declaraciones a Onda Cero, Blanco consideró estas obras como simbólicas y dijo que son un compromiso con los vascos ante "los desafíos a los que tenemos que enfrentarnos frente a las amenazas de la banda terrorista ETA".

Insistió también en que no va a dar lugar a la confrontación partidista en el ámbito de Fomento y en que su objetivo es "gobernar para todos".

Subrayó que la programación, licitación y ejecución de las obras tienen que estar estrechamente relacionadas con las orientaciones presupuestarias generales y "con una política de estímulo económico que hay que poner en marcha para salvar puestos de trabajo y anticipar la salida de la crisis".

"No se trata de gastar por gastar, ni de construir por construir, sino de poner al servicio de los ciudadanos la capacidad inversora de un país", sobre el que recordó que es la octava economía del mundo.

Agregó que hay que planificar e invertir donde sea necesario para mejorar la calidad del transporte de las personas y de las mercancías, así como la accesibilidad y puntualidad, y tener en cuenta además el impacto ambiental y la seguridad.

Destacó que se va a seguir el Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT), elaborada por el anterior equipo, sobre el que dijo que es una buena guía para dar prioridad a "lo que sea conveniente para construir desde este ministerio y anticipar la salida de la crisis".

También reiteró su compromiso con la llegada del Ave a Valencia y con las obras para "romper el tradicional aislamiento de algunas zonas como Galicia".