Cospedal hace estas consideraciones en una entrevista con la Agencia EFE en la que elude pronunciarse sobre el contenido de la negociación que PSOE y PP mantienen en torno a la reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha y la política hidráulica que en él se fija.

"Lo mejor es ser prudentes, discretos e inteligentes y cuanto menos filtraciones y menos se hable de la negociación mejor", insiste Cospedal, quien espera que la negociación termine "lo antes posible", pero sobre todo "que el resultado sea bueno".

Confía en que las conversaciones lleguen "a buen puerto" y se apruebe un Estatuto que beneficie a los castellanomanchegos, pero que también "reciba todas las bendiciones del Congreso y pase el filtro constitucional, como el resto de los Estatutos".

En este sentido, rechaza pronunciarse sobre la caducidad del trasvase Tajo-Segura en el año 2015 que aparece en el texto aprobado por unanimidad por las Cortes de Castilla-La Mancha y sobre la posibilidad de que suprima esa cláusula del texto final.

"No doy por hecho nada hasta que termine la tramitación en el Congreso y tengo una ventaja: yo no amenacé con retirar el Estatuto en ningún momento", plantea Cospedal, que critica la actitud del presidente regional, José María Barreda, en el debate de toma en consideración del texto, donde amenazó con retirarlo si resultaba devaluado.

Reitera que en negociaciones como la del Estatuto "lo mejor es hacerse amigos y no enemigos", por lo que insiste en mantener la prudencia y la discreción "en toda la negociación".

A su juicio, es "lógico" que para murcianos y valencianos, tanto del PSOE como del PP, haya cuestiones del Estatuto que "no les gusten", pero el problema de fondo es que no hay una política hidráulica nacional.

Cospedal plantea que es con un plan nacional del agua y no con reformas estatutarias como se puede poner fin a "la barbaridad" del enfrentamiento entre las regiones españolas por el agua, que es lo que ha hecho el Gobierno del PSOE desde 2004: "dejar que las comunidades autónomas se enfrenten entre ellas y hacer mutis por el foro".

"Si el Gobierno toma esa decisión se acabará con las guerras del agua, que son unas de las peores, porque el agua genera riqueza, pero es un bien escaso", argumenta la secretaria general del PP, quien pone como ejemplo el Plan Hidrológico Nacional que aprobó el último Gobierno de José María Aznar y que contemplaba el trasvase de Ebro.