El presidente fundador del PP y senador, Manuel Fraga, despertó ayer el malestar en los nacionalistas periféricos cuando se le preguntó por las opciones posibles para limitar el peso de estos partidos en la política nacional. "Habría que ponderar colgándolos de algún sitio", sentenció Fraga, que, cuando se le pidió una explicación más amplia, añadió: "Por definición, son lo contrario a la defensa de España". En esta misma línea, el veterano senador consideró un "error" el haber introducido en la Constitución el término ´nacionalidades´ y, de hecho, señaló que de ser por él los suprimiría.

Durante un desayuno informativo en el Fórum Europa, Fraga empezó refiriéndose a las palabras del diputado de ERC Joan Tardà del pasado fin de semana, cuando exclamó "¡Muera el Borbón!" y tachó de "corrupto" el Tribunal Constitucional en un acto público. El presidente fundador del PP consideró estas expresiones un "insulto" al Rey y un intento de "presionar" al TC para evitar una sentencia desfavorable al Estatut. "Espero que, superando el insulto grave al que fue sometido por determinado política catalán sea capaz de superar las presiones", señaló.

Además, Fraga expresó su "profundo desprecio" hacia el diputado republicano, que dijo una "de las cosas más gruesas" que ha escuchado en su vida el veterano senador. "Yo a él le cantaría otras cosas, más de 40", añadió. En esta línea, el presidente fundador del PP descartó una modificación amplia de la Constitución, al no considerarla "necesaria ni conveniene", aunque sí apostó por la reforma del Senado y del Congreso de los Diputados -respecto a su composición y tamaño- lo cual sería, dijo, "reformar la Constitución por vía de cumplimiento".

Sobre el Senado, Fraga afirmó que tiene que poder "cumplir sin presiones inadecuadas" el "artículo clave" de la Constitución, el 155. Este apartado concede al Gobierno central la capacidad para tomar las medidas "oportunas" para "obligar" a una comunidad a cumplir sus obligaciones constitucionales si se considera que no lo está haciendo. Para ello, el Ejecutivo puede intervenir con el apoyo de la mayoría absoluta del Senado. "El Estado autonómico sólo quedará cerrado en el momento en el que el Senado tenga los poderes que prevé la Constitución y que ahora ni tiene ni puede ejercer", señaló Fraga.

En cuanto al Congreso, se trataría de revisar el número de diputados y su reparto, para "seguir las evoluciones de la población y evitar que se formen desigualdades dentro del Congreso".