En un primer nivel excavado en el pozo del "Llano de las Brujas", los arqueólogos han encontrado diez cadáveres y por debajo de ellos ya han detectado otros dos más, por lo que se calcula que en el siguiente estrato de tierra se pueden encontrar otros tantos muertos, que pueden elevar a entre 22 y 27 las víctimas que fueron arrojadas al pozo.

El historiador Sergio Millares, experto en el tema, explicó a Efe que tres de los esqueletos encontrados hasta ahora presentan impactos de bala en la mandíbula, la sien y las vertebras, respectivamente, mientras que en el resto no se han hallado restos de haber sido disparados.

"La voz popular dice que a muchos los arrojaron vivos y que durante días se escucharon lamentos en el pozo", aseguró Millares, quien dijo que los autores de la matanza echaron días después cal en el hoyo.

Para la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Arucas (Gran Canaria), la extracción de los dos primeros cadáveres del pozo representa "un día importante" después de más de 70 años de olvido para estas víctimas que desaparecieron después de ser sacadas de sus casas en el año 1937 por los falangistas y otros grupos adeptos al régimen de Franco.

Con este motivo, la asociación hizo públicas hoy las primeras fotografías del interior del pozo, donde se observan los esqueletos de la primera decena de víctimas.

Según explicó a Efe la presidenta de la asociación, Pino Sosa, con la publicación de las fotos pretenden "que la gente vea con sus propios ojos lo que pasó" con sus familiares, "ya que había personas que se creían que era mentira que los hubieran arrojado a un pozo".

"Se ha hecho justicia y como Santo Tomás, ver para creer", afirmó Pino Sosa.

Los llamados "Pozos del Olvido" son los cuatro pozos (Puente del Barranco, Llano de las Brujas, Puente del Barranco de Tenoya y Vuelta de El Francés) situados en el municipio grancanario de Arúcas (32.000 habitantes) donde se tiene constancia histórica de que fueron arrojadas al menos 79 personas que desaparecieron después de haber sido sacadas de sus casas en el año 1937 por los falangistas y otros grupos afectos al régimen de Franco.