Como en "Arte", la obra teatral de Yasmina Reza, el pleno del Congreso vivió ayer un apasionado debate sobre el valor del arte contemporáneo a propósito de la ya famosa cúpula multicolor del mallorquín Miquel Barceló.

Si el resultado artístico, más allá de su coste, es claro motivo de orgullo nacional para el ministro Miguel Ángel Moratinos, tal y como remarcó en la sesión de control al Gobierno, el diputado del PP Jorge Moragas lo despachó como un "gotelé millonario".

El titular de Exteriores se erigió en entusiasta defensor de la obra de Barceló, inaugurada en un acto al que, según recuerda, asistieron los Reyes y el secretario general de la ONU, Ban ki Moon, aunque faltó el PP pese a tener invitación.

Al PP no le interesa la "cúpula" de Barceló por su explosión colorista, sino por su vertiente económica, ya que sostiene que 500.000 euros de los 8 millones que aportó España para decorarla proceden de Fondos de Ayuda al Desarrollo.

Así que cuando Miguel Arias Cañete preguintó ayer al vicepresidente segundo si cree que el Gobierno es austero, Pedro Solbes poco sospechó que su escueto "sí" de respuesta iba a desencadenar un aluvión de críticas de este diputado por el "ilegal, inmoral y bochornoso" uso de los fondos FAD en Ginebra.

De la defensa se encargó Moratinos, al que otro diputado del PP, Gonzalo Robles, volvió a preguntar por lo mismo, y ahí insistió, hasta en tres ocasiones, en que el Gobierno se siente "orgulloso" de la obra de Barceló y de su contribución. Pero en su réplica, Robles le recordó cuántas vacunas, escuelas o dispensarios en países sin recursos se podían haber costeado con los 500.000 euros.