El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ordenó ayer el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza de los cuatro presuntos integrantes del "comando Nafarroa" de ETA, detenidos el pasado martes en Pamplona y Valencia, al considerar que conformaban "un comando autónomo con la suficiente formación y material para el inicio de atentados".

Según el auto de prisión dictado por el juez, el presunto líder del comando, Aurken Sola, y su segundo, Xavier Rey, "formarían parte de un comando autónomo de legales -no fichados por la policía- integrado en ETA, con la suficiente formación y material necesario para el inicio de la realización de acciones de carácter terrorista".

El juez llega a esta conclusión a partir de las vigilancias policiales realizadas a estos dos detenidos que "permitieron detectar un viaje a Francia (urbanización "Residence Lissardy") para, al parecer, mantener una reunión con Garikoitz Aspiazu, "Txeroki", "máximo responsable del aparato militar de la banda.

Precisamente, esa residencia situada en Hendaya (Francia) fue registrada por las fuerzas de seguridad galas en las últimas horas con el objeto de hallar en ella evidencias de la actividad terrorista, informaron a Europa Press fuentes cercanas a la investigación.

El auto del juez detalla además que fue la compañera sentimental de Xabier Rey, Araitz Amatria, -detenida el martes en Valencia- la que "facilitó el inmueble de la "Residence Lissardy" (perteneciente a su tia) para desplazamientos a Francia donde mantendrían contactos con dirigentes de ETA". "Así en el mismo se alojó Xabier junto a Aurken Sola cuando se desplazaron a Francia para mantener una cita con "Txeroki´", añade el juez, quien además recoge otro desplazamiento de ambos detenidos "a la zona de Naurdes donde se encontraba un ´buzón´".

A partir de los interrogatorios policiales, Sola y Rey confesaron por separado que el máximo responsable del aparato militar de la banda, Garikoitz Aspiazu, "Txeroki", les confesó hace dos semanas que está implicado en el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton (sur de Francia) el 1 de diciembre de 2007, informaron a Europa Press fuentes de la investigación.

La citada residencia francesa podría ser el lugar en el que los dos detenidos en Pamplona recibieron hace dos semanas en el sur de Francia un cursillo sobre el manejo de armas y explosivos, impartido por el jefe militar de ETA. Durante el mismo, "Txeroki" les confesó que él es uno de los tres etarras que estaban en la cafetería cuando detectaron a Fernando Trapero y Raúl Centeno, sobre los que dispararon. Respecto la identidad de los otros implicados, "Txeroki" se limitó a trasladarles que eran "dos militantes de ETA", según la declaración de Aurken Sola y Xabier Rey.

Pedraz destaca además los hábitos de comportamiento de Rey y Sola, que utilizaban usualmente "vehículos prestados para no desplazarse con los suyos" y "se dirigían hasta lugares apartados de la Comunidad Foral de Navarra sin motivo aparente haciendo recorridos y maniobras al objeto de detectar si estaban siendo objeto de algún seguimiento".

Un error de coordinación deja sin vigilancia un zulo de ETA

Un error de coordinación entre la Gendarmería y la Policía francesas dejó sin vigilancia un zulo de ETA que había sido descubierto en el suroeste del país, lo que pudo permitir a miembros de la banda acudir al lugar, confirmaron ayer fuentes próximas a la investigación.

En el escondite, encontrado el pasado fin de semana en un bosque de Dordogne, se halló diversa documentación, que fue inmediatamente enviada a dependencias policiales para su investigación, precisaron las fuentes.

A causa de un fallo de coordinación entre la Gendarmería y la policía francesas, el zulo permaneció sin vigilancia policial durante tres cuartos de hora, tiempo en el que fue visitado por individuos "sospechosos" de pertenecer a ETA, según las fuentes.

Sin embargo, éstos no pudieron llevarse nada del escondite puesto que toda la documentación allí encontrada había sido requisada por la policía.

El zulo estaba siendo vigilado por agentes de la Gendarmería hasta que la Fiscalía antiterrorista de París ordenó que fuera la Policía la encargada de su custodia.

Durante el relevo, a causa de un error de coordinación, el zulo permaneció sin vigilancia tres cuartos de hora, según las fuentes. Cuando los policías llegaron al lugar se cruzaron con un vehículo "sospechoso" que, al parecer, regresaba del zulo.

"No pudieron llevarse nada puesto que el escondite ya había sido vaciado", indicaron las fuentes, que lamentaron que "de haber permanecido el lugar bajo vigilancia, se podía haber procedido a alguna detención".