El coordinador provincial de Cruz Roja, Francisco Vicente, ha asegurado que la experiencia vivida por los 33 supervivientes de la patera rescatada anoche es la más "indescriptible y lamentable" a la que se ha enfrentado la institución en Almería en los últimos cinco años.

"Llevaban entre cinco y siete días" en alta mar y presentaban unas quemaduras "como para perder el conocimiento, no entiendo como han aguantado", ha afirmado Vicente sobre las personas que pudieron ser rescatadas con vida y que llegaron al puerto de la capital sobre las 23.55 horas de ayer.

Tanto el coordinador de Cruz Roja como fuentes de Salvamento Marítimo consultadas por Efe consideran que la patera - una zodiac de seis metros de eslora y dos de manga - partió del norte de África al menos hace cinco días con un total de 48 personas a bordo, siempre según el testimonio de los supervivientes, entre los que se encuentran trece mujeres.

De ser cierto el relato "escalofriante" de los rescatados, los ocupantes de la patera, que proceden de múltiples países, entre ellos Nigeria, Gambia, Kenia, Camerún o Senegal, se habrían visto sorprendidos en alta mar por el temporal que, con un viento de 35 nudos - más de 70 kilómetros por hora - y unas olas de más de cuatro metros, derivó en la muerte de 14 inmigrantes cuya patera volcó frente a las costas de Motril (Granada) el pasado 7 de julio.

Tras soportar el temporal, un fallo en el único motor de la patera hizo el resto, y la embarcación quedó a la deriva en alta mar con unos ocupantes a los que les faltó el agua y la comida.

Los supervivientes explicaron a su llegada a Almería que los cadáveres de catorce personas - entre ellos nueve niños de edades comprendidas entre los doce meses y los 4 años - fueron arrojados al mar, mientras que otra mujer murió durante el traslado a puerto.

Vicente no descarta que, dada la situación extrema en la que se encontraban, algunos de los inmigrantes muertos cayeran al agua aún con vida producto del desfallecimiento.

El 90 por ciento de los que lograron sobrevivir llegaron a tierra incapaces de sostenerse en pie y los agentes de la Guardia Civil que les rescataron en aguas de Punta Entinas, así como los 25 voluntarios de Cruz Roja que les asistieron, tuvieron que sacar a muchos de ellos de la patrullera en brazos.

Las madres de los pequeños fallecidos, que "hoy empezaban a darse cuenta de lo que ha pasado, de los hijos que han perdido", fueron atendidas en la capital exhaustas y muy desorientadas, pues probablemente, según ha estimado el coordinador de la institución, todos los suministros de comida y agua que portaban en la lancha los emplearon en sus pequeños.

Mientras parte de los voluntarios trasladaron al hospital de Torrecárdenas a cinco de los inmigrantes, entre ellos el único de los diez bebés que iniciaron la travesía y que logró sobrevivir, el resto del operativo instaló en la cocina de los módulos del puerto una enfermería improvisada en la que atendieron a estas personas.

Esta mañana, un grupo de psicólogos se ha trasladado al lugar para atender a los supervivientes antes de que presten testimonio ante la Policía Nacional, tras lo que las mujeres embarazadas - en principio tres, si bien una ha perdido al hijo que esperaba - serán trasladadas a un centro de Cruz Roja.