Zapatero admitió en el Congreso las "serias dificultades" por las que pasa la economía española y su "debilitado" crecimiento, aunque descartó la recesión y se resistió a hablar de crisis, lo que le enfrentó a todos los grupos de la oposición.

En su intervención extraordinaria en la Cámara Baja para analizar la situación económica y explicar las medidas tomadas para afrontarla, Zapatero aseguró que desde el Gobierno "sabremos recuperar la economía y el empleo", manteniendo los compromisos de gasto social.

Durante su comparecencia, Zapatero se refirió a la coyuntura económica con términos como "deterioro" o "empeoramiento", y reconoció que el crecimiento se "debilitará" en los próximos meses. No obstante, rechazó totalmente la posibilidad de una recesión y en ningún momento utilizó la palabra "crisis". Ante esta estrategia, los portavoces de todos los grupos de la oposición coincidieron en criticar al presidente.

"Estamos ante un claro y rápido empeoramiento de la situación económica". Con estas palabras, Zapatero se refirió a la merma del crecimiento de la economía española, que ha pasado de subir un 3,5% en el último trimestre al actual 2%, y auguró que el segundo trimestre registrará tasas "más débiles". También reconoció el presidente el "alto coste" de la situación económica para el empleo, principalmente en el sector de la construcción.

"Mejores condiciones"

En cualquier caso, según el jefe del Ejecutivo, los datos y la de- saparición del superávit no deben acarrear "dramatismo", ya que "hemos ahorrado cuando debíamos y ahora tenemos margen para afrontar las dificultades". "La economía está atravesando un periodo de serias dificultades, pero nunca antes lo había afrontado en mejoras condiciones de partida", afirmó, dirigiéndose a parlamentarios y ciudadanos.

A su juicio, el Gobierno enfrenta el "crecimiento debilitado", que no "estancamiento duradero y menos aún recesión, con plena confianza" en las posibilidades de la economía nacional, porque España ha sabido crecer cuando "el viento soplaba a favor". Como fortalezas, Zapatero aludió al crecimiento de la población, los más de 20 millones de trabajadores, su nivel de cualificación, el proceso inversor del tejido empresarial o el saneamiento de las cuentas públicas. En este sentido, repasó los avances de la pasada legislatura y las medidas adoptadas en la recién iniciada, que engloba un plan de 47 iniciativas que movilizarán 65.000 millones de euros en los próximos dos años.

Durante su turno de réplica, Zapatero se mostró dispuesto a incorporar "todo lo que sean ideas útiles, serias, que se puedan aplicar de manera coherente salvaguardando el rigor de las cuentas públicas". No obstante, le pidió a la oposición, y particularmente al PP, que no exagere con los datos, defendiendo la deducción de 400 euros en el IRPF y la valía del Gobierno para enfrentar la crisis. "Tan malo es no reconocer las dificultades serias que hoy tenemos como decir que todos los problemas tienen su origen exclusivo en España, cuando todo el mundo sabe que no es así", en referencia a aspectos como la subida del petróleo.

En este punto, repasó las sugerencias de otros grupos parlamentarios para recordar a CiU que no se puede incrementar la deuda pública para favorecer el crédito, porque "intervenir en el mercado financiero no resulta lo más adecuado".

En cambio, explicó, el Gobierno apuesta por apoyar a las pymes y las viviendas de protección oficial. El presidente no respondió a las demandas del PNV y respecto a IU, que acusó al Ejecutivo de falta de rigor, ironizó sobre la pérdida de votos de la coalición y defendió un gobierno de izquierdas frente a los decretazos, la congelación del SMI, la baja ayuda al desarrollo y la escasa inversión en I+D.

Reforma de leyes

También aseguró que, antes de que acabe este mes, el Gobierno remitirá al Consejo General del Poder Judicial el anteproyecto para las reformas de la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la Ley de Arrendamientos Urbanos, para favorecer la salida al mercado del alquiler de viviendas deshabitadas.

Zapatero volvió a relatar todas las medidas tomadas por el Ejecutivo, un total de 47 en cien días, e insistió en que el Gobierno, pese al menor crecimiento y a la posibilidad de no contar con superávit, cumplirá con todos sus compromisos electorales en materia de política social.

El discurso del jefe del Ejecutivo no sólo se encontró con el rechazó del PP, sino también del resto de los grupos de la oposición, que estuvieron mucho más duros que en otros debates, insistieron en pedir a Zapatero que asuma la realidad y admita la crisis y criticaron especialmente la devolución fiscal de 400 euros.