La dirección nacional del PP recibió con malestar la decisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, de remodelar su Gobierno autonómico, excluyendo a dos consejeros que públicamente habían expresado su respaldo a Mariano Rajoy. De hecho, interpretan estos cambios como una vendetta.

Además, fuentes próximas a Mariano Rajoy destacan también el hecho de que la jefa del Ejecutivo autonómico haya hecho público este reajuste gubernamental precisamente tres días después del cónclave de Valencia sin "guardar las formas" y sin esperar al menos a la vuelta del verano. "Ha tomado la decisión precipitadamente y además con nocturnidad y alevosía", resumió gráficamente un diputado, sorprendido por el hecho de que los cambios se dieran a conocer rozando casi el filo de la medianoche.

Varios dirigentes del PP consultados coinciden en que la actuación de Esperanza Aguirre en ese momento "huele a venganza", dado que salen del Gobierno Lamela y Prada, dos consejeros que se integraron en la candidatura de Rajoy. El primero forma parte de la Junta Directiva Nacional y, el segundo, del Comité Ejecutivo a propuesta del presidente del PP.

Un miembro de la nueva Ejecutiva opina que el comportamiento de Aguirre obedece a "una pataleta de los perdedores", critica que tome este tipo de decisiones "en caliente" y augura que esto no le traerá beneficios. Algunos diputados incluso se aventuran a decir en privado que este "golpe de autoridad" de Aguirre es una manera de demostrar que no quiere "cerrar las heridas" abiertas antes del congreso de Valencia.