El presidente del PP, Mariano Rajoy, clausuró ayer el XVI congreso del partido con una intervención en la que dio por superada la situación interna que ha vivido el partido en los últimos tres meses y anunció una etapa de oposición "exigente" a un Gobierno "desconcertado". Rajoy se ofreció como la alternativa que España "necesita" frente a un Gobierno "timorato", que "desvaría", y que además ha "engañado" a los españoles al negar que existe crisis económica. A su juicio, el Ejecutivo "no puede solucionar nada y menos la situación económica porque no sabe qué hacer". "España nos necesita", insistió.

El líder del PP hizo estas declaraciones en su primer discurso como nuevo presidente del partido -fue elegido en la noche del viernes con el 84,24 por ciento de los votos de los compromisarios-, en la jornada de cierre del XVI Congreso Nacional del PP y ante la plana mayor del partido, entre los que se encontraba también el ex presidente José María Aznar, al que agradeció que le hubiera dado "su segunda oportunidad".

Previamente, dio también las gracias los compromisarios por el apoyo que le dieron para ser reelegido de nuevo presidente del PP. "Estoy aquí porque vosotros lo habéis querido, no me ha puesto ninguna multinacional, ningún sindicato y ninguna organización que no sea el PP -enfatizó-. Estoy aquí porque lo habéis dicho vosotros".

En este punto, añadió que él contará con todos. "El PP lo componemos todos y para llegar lejos nos necesitamos todos y, desde luego, no puedo hacer mi trabajo sin vuestra ayuda. No voy a prescindir de nadie, lo he dicho muchas veces. Necesito a todos y con la mayor humildad solicito la ayuda de todos", afirmó.

En su mensaje a casi tres mil compromisarios que asistieron al cónclave, afirmó que pueden volver a casa con "la cabeza bien alta" pero sabiendo que el España "necesita al PP". Para ello, manifestó que el partido debe llevar a cabo una labor de oposición "tenaz y constructiva", con el objetivo de convertirse en la "alternativa" y llegar al Palacio de La Moncloa para "gobernar", frente a lo que hace ahora el Gabinete socialista que, a su juicio, ha dado estos días "ejemplos de desgobierno".

Así, destacó que antes de las elecciones Zapatero decía que se estaba "en jauja", algo que "muchos creyeron". Pero tras los comicios, continuó, "llegó la cruda realidad y se acabaron los disimulos", no porque el Gobierno "confesara la verdad -¡cómo iba a confesar que había engañado a la gente!"- sino porque ya "no podía ocultar lo que pasaba".

Según Rajoy, la situación económica es "mucho peor que complicada porque los españoles sufren la subida de la luz, de los precios de los alimentos, de los combustibles o de las hipotecas". Es más, señaló que todos los indicadores económicos apuntan a una crisis que Zapatero "aún se empeña en negar o en minusvalorar para camuflar su clarísima irresponsabilidad y pasividad". "Ya no es posible contarles la historia de la Champion League de la economía -espetó-. Se nos dijo que vivíamos en el mejor de los mundos y ahora estamos pagando la desidia del Gobierno de los últimos años".

En su opinión, esta "muy bien" buscar un acuerdo con la patronal y sindicatos pero el Ejecutivo tiene la "responsabilidad de gobernar, establecer el diagnóstico correcto y tomar medidas adecuadas". Según recalcó, "esa responsabilidad es indelegable y para eso están en el Gobierno". "Es un Gobierno timorato, lo suyo es dejarse querer, no meterse en líos, quedar bien. ¡Si ni siquiera se atreve a decir la verdad, cómo se va a atrever a tomar medidas! Lo peor no es que no sabe qué hacer".

Después destacó que el Partido Popular "sí que sabe enfrentarse a una crisis" y por eso avanzó que hará lo que esté en su mano "para que el Gobierno se equivoque lo menos posible". Eso sí, dijo que exigirá a Zapatero que "diga la verdad", porque la confianza se genera diciendo la verdad, y le pedirá también "disciplina" porque no se puede pedir a los ciudadanos que se "aprieten el cinturón y él haga lo contrario".