Angel Acebes defendió ayer su gestión en el PP como secretario general y apostó por una formación de centro pero sin que éste lo marquen el PSOE y los nacionalistas. En su intervención reivindicó la figura de María San Gil y alertó contra las baronías territoriales en el partido: "No quiero un PP que diga una cosa en Madrid, otra en Cataluña y otra en Galicia".

En su discurso ante el congreso para hacer el informe de gestión del Comité Ejecutivo Nacional y en lo que ha sido su despedida como secretario general de los populares, Acebes ha asegurado que al PP le votan porque tiene principios y porque los defiende "con coraje y claridad".

"No hay nada más de centro que defender los fundamentos constitucionales y no hay nada más moderno que luchar para preservar y extender las libertades individuales. Ese es el rumbo del futuro", añadió.

Unidos por las siglas

Como un "humilde militante", Acebes reclamó un PP "unido" y opinó que si su partido ha conseguido gobernar en municipios, en autonomías y en España es porque desterraron "prácticas perniciosas para la cohesión interna, como las camarillas, los bandos y las intrigas".

"El éxito del PP radica en buena medida en su condición de poderoso paraguas bajo el cual todos nos hemos sentido representados, acogidos y seguros", agresgó.

En este sentido, afirmó que al PP "nunca" le ha unido "ni un barón, ni una corriente, ni una sensibilidad, ni por supuesto la pertenencia a una determinada generación. Lo que nos ha unido son nuestras siglas", matizó.

Apostó por preservar el "espíritu de equipo que ha hecho fuerte al PP y levantar la bandera de un gran proyecto político capaz de incluir a todos".

"Yo quiero un PP basado en el mérito", aseguró, antes de abogar por un partido con "jóvenes y veteranos, pata-negra y recién llegados".

Acebes ha dado por cerrada "una etapa" de su vida "muy intensa y muy dura pero muy apasionada" como secretario general, un puesto que ha definido como una "trinchera y al mismo tiempo una atalaya desde la que se divisa todo el horizonte político". Tras recordar la situación "complicada y adversa" del PP en 2004 tras una derrota electoral "contra todo pronóstico", un "cambio de líder" y un Gobierno "empeñado en destruir" al Partido Popular como alternativa política, aseveró que la "ofensiva" puesta en marcha por "la izquierda de Zapatero contra el PP" fue la "mayor operación de acoso y derribo contra un partido político jamás vista en democracia".

"Intentaron dividirnos entre duros y blandos, centristas y extremistas, progres y carcas", ha asegurado Acebes, y ha insistido en que el proyecto del presidente del Gobierno consistía en "crear las condiciones que le garantizasen una larga y placentera estancia en el poder: un PP sin principios o una crisis en el PP".

A su juicio, Zapatero "fracasó" en este intento y, de hecho, tras las elecciones generales del 9 de marzo, el PP "se despertó de nuevo en la oposición" pero había "ganado en respeto y dignidad y era un partido más fuerte, más sólido, más grande, con más militantes, más escaños y más votantes que el de cuatro años atrás".

Ha señalado que el aumento en la afiliación al PP en los últimos años demuestra que a pesar de las "equivocaciones" que se pudieron cometer, el partido "hizo las cosas bien".

Acebes ha defendido el mérito y la capacidad de resistencia de sus compañeros del PP en Cataluña y País Vasco y ha ensalzado la labor de María San Gil, a la vez que ha subrayado que la imagen de Regina Otaola izando la bandera de España en el Ayuntamiento de Lizartza "quedará en la memoria colectiva como uno de los momentos más nobles, más conmovedores y más dignos de la historia del PP".

Ha recordado la victoria del PP en las elecciones autonómicas y municipales de 2007 y ha asegurado que aquellos años su partido fue un "dique frente a los abusos" y una "garantía de estabilidad".

Ha dicho que lo ocurrido tras las elecciones generales -crisis económica, paro de transportistas, el problema del agua, cambio en la política de inmigración y los atentados de ETA- "demuestra que el PP tenía razón en el diagnóstico de la situación". EFE

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