La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, dijo ayer que "lamenta profundamente" que la ex presidenta del PP vasco María San Gil no acuda al XVI congreso nacional del partido y añadió que "lo más grave" que les ha ocurrido en estos ultimes meses es que ella no "se sienta cómoda".

También consideró de la máxima gravedad que se haya dado de baja como militante en el partido José Antonio Ortega Lara.

Aguirre, que hizo estas declaraciones tras visitar un servicio de atención regional a homosexuales y transexuales, insistió en que San Gil es un "referente ético y moral" para todos los españoles, y especialmente "para los militantes del PP".

Respecto al congreso nacional de Valencia, la presidenta expresó su deseo de que el partido salga de esta cita "fuerte, integrador y capaz de ser una alternativa para ganar las próximas elecciones".

Preguntada sobre cuál será el sentido de su voto en el congreso, ha manifestado que aún no había decidido "nada", si bien recordó que sólo se presenta un candidato.

Arístegui

Por su parte, el portavoz de Exteriores del PP, Gustavo de Arístegui, aseguró que tras el congreso de Valencia se abre una "nueva etapa", en la que el PP tiene que "dejar el debate interno", lanzar un "mensaje de unidad" y ponerse a hacer oposición, para que la sociedad española perciba una formación "seria, unida y fuerte".

"Yo, que he sido una de las voces más críticas, creo que en este momento hay que poner un bálsamo de reconciliación a las heridas que hayan podido abrirse", proclamó. Pidió a Rajoy que integre "a todos, discrepantes y no discrepantes".