El presidente del PP, Mariano Rajoy, apostó ayer por hacer un "esfuerzo de integración" y pidió a sus dirigentes "prudencia" en sus declaraciones, en una reunión del Comité Ejecutivo en la que Juan Costa consideró que existe una "crisis de ilusión" y no descartó presentar una candidatura.

Rajoy presidió ayer el Comité Ejecutivo, que se reunió en la sede nacional del PP durante cuatro horas y media -uno de los más largos que se recuerda en los últimos años-, un encuentro en el que tomaron la palabra hasta 19 dirigentes populares para hablar de la crisis abierta en el partido.

A esta reunión, que aprobó el lema "Crecemos juntos" del XVI Congreso y el horario y el reglamento del mismo, asistió la práctica totalidad de los dirigentes populares, incluidos Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, aunque hubo dos ausencias destacadas: la de María San Gil y la de Jaime Mayor Oreja, que se hallaba en Budapest (Hungría).

En su intervención, Rajoy destacó la importancia de hacer un "esfuerzo de integración" en su partido y pidió "prudencia" en sus declaraciones públicas a los dirigentes populares, después de las voces críticas que cuestionaron su liderazgo.

Tras escuchar las intervenciones de sus dirigentes, algunos de ellos críticos con su gestión, el líder del PP reiteró que presentará su candidatura porque le avalan unos resultados electorales y porque siente que tiene apoyo.

"Creo que tengo el apoyo sincero de la mayoría, que no es lo mismo que tener el apoyo de la mayoría", subrayó.

Diálogo

Tras afirmar que le gustaría que se le "juzgara" por lo que ha dicho y hecho hasta ahora y no por lo que pueda hacer en el futuro, señaló que no hay "ningún cambio" de principios en el partido y apostó por un PP con "capacidad de diálogo".

"El éxito del PP depende tanto de la labor de oposición como de la unidad", dijo, antes de reconocer que "hay diferencias" entre los dirigentes pero que coinciden "en lo fundamental".

El diputado popular Juan Costa tomó la palabra en la reunión para hablar de la existencia de una "crisis de ilusión" entre las bases y los militantes del PP, pero no aclaró si presentará o no una candidatura alternativa.

Aunque destacó que los mecanismos para presentarla son "difíciles", el que fuera coordinador del programa electoral del PP dijo que si en algún momento decide "dar un paso adelante" lo hará "con muchísima responsabilidad", aunque "informaría con carácter previo" al partido.

Costa opinó que hay que reflexionar sobre si es necesario "un nuevo liderazgo, integrador" que genere ilusión entre los militantes y que pueda "recuperar también y reconstruir la confianza" de aquellas personas que la pueden haber perdido. Fuentes del PP de Madrid, que dirige Esperanza Aguirre, consideraron "brillante" el discurso de Costa.

De todos los dirigentes que ayer tomaron la palabra ante la Ejecutiva, gran parte de ellos mostraron su respaldo a la candidatura de Rajoy y abogaron por la unidad. El eurodiputado Alejo Vidal Quadras solicitó a Rajoy que aclare cuáles son sus principios y su modelo de Estado y que se deje de "ambigüedades".

El "numero dos" de Esperanza Aguirre y vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, hizo un duro discurso contra la dirección del PP durante la reunión del Comité Ejecutivo Nacional, donde acusó a Mariano Rajoy de relativismo y de cambiar de postura en función de las circunstancias, algo que, juzgó de "inaceptable".

Numerosos dirigentes asistentes a la reunión coincidieron en que su extensa alocución fue la más critica con la actitud que está manteniendo en este momento la dirección nacional, a la que responsabilizó de hacer una dejación de funciones.

Así, y retomando el discurso que estos días ha esgrimido Aguirre, González señaló que algo se está haciendo mal cuando se invita a marcharse a aquellas personas que no comparten las mismas posiciones que la dirección.

Por su parte, el presidente fundador, Manuel Fraga, confesó que había leído la Ponencia Política -redactada por José Manuel Soria, Alicia Sánchez y María San Gil, aunque ésta al final no la firmó- y afirmó que la presidenta del PP vasco no tenía razón. Sin embargo, señaló que su salida era un hecho muy relevante y que había que volver a recuperar la confianza en la dirección del PP.