José Luis Rodríguez Zapatero fue investido ayer por segunda vez presidente del Gobierno en una sesión en la que sólo ha conseguido el respaldo de los diputados socialistas, aunque los grupos que se abstuvieron, e incluso los que han optado por el "no", han dejado abierta la puerta al diálogo. Después de que en la primera votación, el pasado miércoles, no lograse la mayoría absoluta necesaria, Zapatero obtuvo ayer la mayoría simple con 169 votos a favor (PSOE), 23 abstenciones (CiU, PNV, CC, BNG, IU, ICV y Na-Bai) y 158 votos en contra (PP, ERC y UPyD).

En su discurso ante el pleno en la X sesión de investidura de la democracia, garantizó que su "pauta esencial de comportamiento" en la legislatura será el diálogo, y avanzó que, entre los "muchos escenarios de encuentro posibles", no descarta "cauces de colaboración estables y predecibles".

Buscará acuerdos tanto con los grupos que se abstuvieron en su investidura como con los que han votado en contra, e hizo mención especial del necesario apoyo del PP en cuatro áreas: una estrategia antiterrorista compartida por todos, renovar los órganos constitucionales, definir las prioridades de la presidencia española de la UE en 2010 y modernizar la Administración de Justicia.

Entre sus promesas más relevantes, reiteró que el Gobierno responderá a los efectos de la crisis mundial sobre la economía española, "con urgencia, con medidas de alcance coyuntural y reformas y medidas a más largo plazo", promoviendo para ello un "diálogo inmediato" con los agentes sociales.

Minorías

En nombre de CiU, Josep Antoni Duran Lleida exigió a Zapatero que cumpla su compromiso de estudiar la viabilidad del trasvase del río Ródano (Francia) a Cataluña, pese a la postura en contra expresada por el presidente catalán, José Montilla. Reiteró que la abstención de CiU será "crítica y vigilante" y que estará dispuesto al diálogo, mientras que el PNV calificó su postura de "comprometida, proactiva y constructiva".

El portavoz vasco, Josu Erkoreka, quiso dejar claro que su formación no va a poner obstáculos a futuros acuerdos y tendió la mano al PSOE para que en la legislatura pueda alcanzarse un acuerdo para la normalización política del País Vasco.

Entre las formaciones minoritarias, IU, ICV, BNG, CC y Na-Bai dejaron la puerta abierta a posibles pactos con el futuro Gobierno con su abstención.

Incluso el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao, puntualizó que el "no de entrada" de su partido "no cierra ninguna puerta" al Ejecutivo; la única que no habló explícitamente de diálogo en los próximos cuatro años fue la diputada de UPyD, Rosa Díez.

El portavoz del grupo socialista, José Antonio Alonso, explicó que el sentido político de la necesidad de una segunda votación para la investidura de Zapatero es que se cumplirá el programa del PSOE, y respondió a las manos tendidas garantizando la disposición al consenso.

Tras ser investido presidente, Zapatero aseguró en los pasillos del Congreso que está "más contento" que hace cuatro años, en 2004, cuando logró la investidura a la primera votación. Prometerá su cargo ante el Rey hoy en el Palacio de la Zarzuela y, a renglón seguido, comparecerá en Moncloa para dar cuenta de la composición de su nuevo Gabinete.