Todos los grupos del Congreso, salvo el popular, dejaron ayer la puerta abierta a un final dialogado de la violencia en el País Vasco, siempre y cuando ETA renuncie a las armas, al rechazar una proposición no de ley del PP que pedía revocar la resolución en esta misma línea aprobada en mayo de 2005.

La propuesta del PP pretendía que la Cámara revocase la resolución aprobada en pleno el 17 de mayo de 2005 sobre el apoyo a un proceso de diálogo entre el Gobierno y ETA, pero la iniciativa fue rechazada por el resto de grupos, que respaldaron la vigencia del texto acordado hace casi dos años.

La diputada del PP Ana Torme, encargada de defender la proposición de su grupo, tuvo duras palabras para el Gobierno y su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien acusó de haber cambiado de aliados en la política antiterrorista y de haber fracasado "estrepitosamente" en este camino, que le invitó a desandar. Torme consideró que la aprobación de la resolución de mayo de 2005 supuso el primer paso del "desarme del Estado de derecho", cuando Zapatero decidió "pasar página" en la política "más exitosa" contra ETA para ir de la mano de quienes "nunca quisieron la derrota de los terroristas".

La diputada del PSOE Arantza Mendizabal criticó al PP por "instrumentalizar" la proposición para volver a llevar al Congreso su "burda estrategia para generar ruido y crispación". "Están empeñados -dijo- en que en esta Cámara no se hable de otra cosa que no sea la política antiterrorista".

"Señores del PP, necesitan tanto a ETA para su discurso político como ETA les necesita a ustedes" para tener presencia política, afirmó la diputada socialista, quien reprochó al PP que rechace una resolución cuyo contenido sobre la disolución de ETA es el mismo que recoge el Pacto de Ajuria Enea, que recibió el apoyo de este partido.