El nombre del Toro también salió a colación durante la jornada de hoy del juicio por la masacre de Madrid, en boca de otro testigo protegido que coincidió con José Ignacio Fernández Díaz, alias ´Nayo´ en prisión. Según este testimonio, ´Nayo´ le contó que el cuñado de Trashorras intentó realizar un intercambio de explosivos con ETA en un club de Gijón.

Aunque Lavandera aseguró que Toro le ofreció hacer de correo para vender explosivos a ETA, matizó, no obstante, que ni Trashorras ni su ex cuñado tuvieron "nunca" relación con miembros de la banda terrorista. "Toro presumía de estas cosas pero creo que fue un alarde, una chiquillada", reconoció el testigo que precisó que no cree que los dos acusados fueran "tan tontos" para "vender explosivos en un club". El testigo realizó, a lo largo de su declaración diversas alusiones a ETA y precisó que tras la detención de Toro en la denominada ´Operación Pipol´ en verano de 2001 Trashorras acudió al local en el que trabajaba, el club ´Horóscopo´, y le ofreció "traficar con explosivos".

"Podían mover 1.000 kilos a la semana", dijo, antes de precisar que Trashorras le ofreció 400 kilos de Goma para vender. Tras denunciar esta conversación ante la Guardia Civil, Lavandera continuó "investigando" y unos días después Trashorras le comunicó que "había encajado a ETA" unos 200 kilos. Además de esta conversación con Trashorras, el testigo relató numerosas menciones a la banda terrorista realizadas por Toro. Mencionó que el ex cuñado del minero asturiano llegó a decirle que si encontraba a alguien que supiera "detonar bombas a través de teléfonos móviles iba a ganar mucho dinero". "Me dijo que ETA pagaría mucho dinero por alguien que supiera manejar esa tecnología", añadió.

Según Lavandera, Toro -que era, en su opinión, el "cerebro" del trafico de explosivos- también aludió que podía conseguir grandes ganancias "si mataba a alguien para ETA". Al parecer, el acusado llegó incluso a garantizarle que no le pasaría nada si le "pillaban" traficando con dinamita ya que contaban con una persona, al que denominaban "el asesor" que se ocuparía "de todo" con una sola llamada. Explicó, además, que tras denunciar estos hechos ante la Guardia Civil, se le acercaron dos personas que dijeron ser policías y que le amenazaron "si relacionaba a Toro con ETA".

Su esposa, que se suicidó hace dos años, recibió también amenazas, indicó Lavandera, que detalló que su mujer llevó a decirle que había recibidos llamadas en las que le decían que matarían a sus hijas en Brasil. "Acumuló presión y se mató", agregó el testigo.

INTERCAMBIO EN UN CLUB

Por su parte, el testigo protegido que coincidió con ´Nayo´ en la prisión de Villabona de 2002 a 2003, indicó que éste le contó que Toro intentó realizar un intercambio de explosivos con la banda terrorista ETA en un club de Gijón. Según ´Nayo´, el intercambio con ETA no se produjo finalmente ya que las personas enviadas por la banda intentaron "robar los explosivos". "Hubo un tiroteo y una persecución", precisó, añadiendo que el intento frustrado se produjo "antes del 2003", probablemente "en 2001". En todo caso, precisó que informó de estos hechos a una persona de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y a un responsable de este Cuerpo de Oviedo.

Según declaró, ´Nayo´ colaboraba junto a Toro y Trashorras en el tráfico de explosivos y le contó, durante su estancia en la cárcel, detalles sobre la forma en que sacaban la dinamita de Mina Conchita para venderla posteriormente. "Los dejaban escondidos en una casetilla e iban a recogerlos por la noche", indicó. Explicó además que ´Nayo´, que se encuentra huido en Santo Domingo y tiene dos causas abiertas en España, advirtió a la Policía Nacional de que Trashorras y Toro traficaban con explosivos "antes de los atentados". "Como no le hacían caso me dijo que se lo contara yo a la Guardia Civil", indicó.