Efe / Europa Press /Madrid

El Parlamento aprobó ayer la Ley de Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, que fija un permiso de paternidad de 15 días y la paridad en las listas electorales, y que transformará "para bien, radicalmente y para siempre" la sociedad, según el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El jefe del Ejecutivo asumió personalmente su presentación en el pleno del Congreso, donde recibió el respaldo de 192 diputados y la abstención de los 119 representantes del PP, y cuya aprobación fue acogida por una gran ovación de los parlamentarios y de representantes de asociaciones de mujeres, que siguieron el debate en el hemiciclo.

La ley obliga a las empresas de más de 250 trabajadores a introducir en la negociación colectiva planes de igualdad y a las grandes compañías a incorporar un 40 por ciento de mujeres en los consejos de administración en un plazo de ocho años.

Recoge el derecho a reducir la jornada entre un octavo y la mitad por cuidado de menores de ocho años, la ampliación a un mes del permiso de paternidad en un plazo de seis años y, en caso de partos prematuros, el permiso de maternidad se inicia a partir de que el niño salga del hospital. Según explicó el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, esta iniciativa legislativa podría entrar en vigor el próximo lunes.

Durante el pleno, Zapatero subrayó que el primer objetivo es "hacer justicia a las mujeres con una ley de plena ciudadanía, para todos", que pretende, dijo, "derogar cualquier dominación de los ciudadanos". Tras señalar que esta ley junto a la de dependencia "podrían justificar toda una legislatura", repasó algunas de las medidas de la nueva norma, y destacó en concreto la incorporación de las mujeres a los consejos de administración de las empresas "que originarán sin duda alguna, un mejor funcionamiento de nuestras grandes corporaciones mercantiles".

Dedicó la aprobación de la Ley de Igualdad a la "dignidad" de las mujeres que a lo largo de la historia han luchado contra la discriminación de su sexo y, en especial, a la memoria de Clara Campoamor, diputada en las Cortes de la II República, que defendió el derecho a voto de las mujeres en 1931.

"Hoy es el primer día de una sociedad distinta; el germen de justicia, que aguardaba el momento para instalarse definitivamente entre nosotros, brota en el Parlamento español después de 75 años desde que se oyera por primera vez la voz de una mujer pidiendo la palabra", valoró.

La diputada del PP Susana Camarero, que defendió la abstención de su grupo, opinó que el presidente es "un feminista de salón" que no escucha a las mujeres. Camarero aseguró que esta iniciativa está dirigida a las élites, "no enfrenta los problemas reales", es "poco ambiciosa y poco eficaz" y se ha tramitado sin "ánimo de consenso". Para el PP, el texto se basa en una política "trasnochada" de paridad, frente a la conciliación y la corresponsabilidad de hombres y mujeres en el cuidado de los hijos que defiende su grupo. Al mismo tiempo, consideró que la paridad del PSOE es " propaganda" al tratar de obligar a los demás con algo que no cumple.

Apoyo nacionalista

En este sentido, la diputada del PSOE Virtudes Monteserín señaló que las medidas están dirigidas a resolver problemas "reales" y opinó que la ley "hace historia" y restituye la justicia social.

María Mercé Pigem, de CiU, y Georgina Oliva, de ERC, mostraron su apoyo y celebraron la introducción de enmiendas propuestas por sus grupos. Carme García, de IU, admitió que la ley "puede haber quedado corta" y no llega a resolver "todos los problemas", pero avanza en modificar las estructuras sociales, económicas y jurídicas que han hecho posible la discriminación de las mujeres.

Desde Girona, el presidente del PP, Mariano Rajoy, argumentó la abstención de su partido señalando que "no se puede imponer a nadie cuotas, ni en sus consejos de administración ni en ningún otro lugar". Dijo que cree "en la igualdad de oportunidades" y recordó que "todavía hay muchas cosas por hacer".