Cinco directivos de prisiones en las que estuvo internado el histórico miembro de ETA José Ignacio de Juana Chaos confirmaron ayer, ante el tribunal de la Audiencia Nacional que le juzga por un delito de integración terrorista y amenazas, que el sangriento etarra fue siempre el líder de los miembros de ETA más radicales en sus respectivos centros penitenciarios. Respecto al delito por el cual se juzga a De Juana, los directivos aseguraron haberse sentido "directamente amenazados" por el contenido de los artículos que el terrorista publicó el pasado mes de diciembre en el diario "Gara", además de por la actitud "chulesca y desafiante" que mantiene en prisión.

Tras comunicar a De Juana su procesamiento por integración en ETA y amenazas terroristas, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 1, Santiago Pedraz, tomó declaración a los cinco directivos de prisiones. El etarra se negó a declarar y se remitió a lo señalado en su comparecencia anterior ante el juez. Añadió también que no estaba de acuerdo con su auto de procesamiento, que evitó que el terrorista saliera en libertad tras haber licenciado condenas anteriores que sumaban 3.000 años de cárcel, de los que tan sólo cumplió 18.

Según comentaron al término de las declaraciones de los directivos de prisiones tanto el fiscal como el abogado de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, presentes en el trámite, los funcionarios reconocieron haberse sentido amenazados, tanto ellos como su entorno familiar, a raíz de la publicación en el diario "Gara" de los artículos "El Escudo" y "Gallizo" -el título se refiere a la actual directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo-. Alguno de ellos reconoció que llegó incluso a cambiar de domicilio por esas amenazas que dijeron sufrir desde años antes de la publicación de los escritos.

Se trata de amenazas no directas, derivadas de los contenidos de los artículos y de la "actitud chulesca y desafiante" del etarra en prisión, comportándose como líder y portavoz de la rama más radical de los presos etarras, hasta el punto de que ninguno de ellos se mueve si no es contando con el visto bueno del histórico etarra, dijeron los testigos citados.