El chocolate artesanal de La Pinocha estrena ubicación en Vialia

No hay placer más sencillo y reconfortante que un trocito de buen chocolate. Ese momento breve pero intenso, ese instante en el que todo se detiene y solo importa el sabor… Así es la experiencia que propone La Pinocha, la chocolatería artesanal más famosa de Vigo, con una misión muy clara: conquistar el paladar de todos los amantes del chocolate (incluso los más exigentes).

Fiel a ese propósito y al entusiasmo que despierta entre su público, La Pinocha da un paso más en su expansión: además de su acogedora tienda en el centro de la ciudad, abrirá una nueva isla de venta en el Centro Comercial Vialia. A partir de esta semana, quienes visiten este espacio comercial podrán disfrutar de una experiencia de lo más gratificante.

Un legado que se saborea

La Pinocha no es solo una chocolatería; es el reflejo de una historia de amistad. Todo comenzó en Argentina hace más de 20 años, cuando dos amigas decidieron dar forma a un sueño: ofrecer chocolate artesanal de alta calidad a precios accesibles. Desde entonces, la marca ha crecido sin perder su esencia, cruzando el Atlántico y llevando consigo una receta de éxito basada en tradición, creatividad y pasión por el buen hacer.

Ese mismo espíritu emprendedor, ha guiado cada paso de su expansión. Sin renunciar a su esencia ni a su método artesanal, La Pinocha ha sabido adaptarse con sensibilidad a cada nuevo entorno, entendiendo los gustos locales sin perder su sello propio. Gracias a esta filosofía, hoy la marca se afianza en ciudades como Vigo, donde cada cliente descubre no solo un chocolate excepcional, sino también la historia que hay detrás de cada bocado.

Un rincón irresistible

Desde hace menos de un año, La Pinocha ha encontrado su hogar en el número 23 de la calle Velázquez Moreno, en pleno corazón de Vigo. Allí, Javier y Verónica lideran con mimo el proyecto local, dando vida a un espacio que va mucho más allá de una simple tienda: es un verdadero templo del chocolate, donde cada detalle está pensado para seducir los sentidos… y también para incluir a quienes muchas veces no encuentran opciones para disfrutar.

Porque La Pinocha no solo celebra el sabor: también escucha y responde a quienes tienen necesidades alimentarias específicas. Una gran parte de su catálogo es sin gluten, ideal para celíacos o personas con intolerancias; y también se pueden encontrar chocolates sin lácteos, pensados para quienes siguen dietas veganas o tienen alergias. Así, su propuesta se abre a un público más amplio, diverso y exigente, que por fin encuentra un lugar donde darse un gusto sin preocupaciones.

La presentación cuidada de los productos, el ambiente acogedor y una atención cercana convierten cada visita en una experiencia sensorial. Pero el auténtico secreto está a cientos de kilómetros, en el obrador de Casabermeja, Málaga. Es allí donde cada día se elaboran más de 60 variedades de chocolate belga 100 % artesanal.

Ingredientes naturales, técnicas tradicionales y una creatividad sin límites dan forma a un catálogo que combina sabores clásicos con propuestas sorprendentes: chocolate con leche, negro o blanco; rellenos de crema de cacahuete, mango, menta o banana split; chocolates en rama, trufas, alfajores y frutos secos bañados, entre otras delicias.

Pensado para disfrutar sin excesos, cada pieza se presenta en pequeñas porciones que permiten al cliente explorar, combinar y personalizar su propia caja. Una propuesta versátil e irresistible, ideal para regalar, compartir o simplemente darse un capricho diario. La presentación cuidada de los productos, el ambiente acogedor y una atención cercana convierten cada visita en una experiencia sensorial.

Una experiencia que se expande

Con esta nueva apertura en el Centro Comercial Vialia, La Pinocha acerca aún más su propuesta a los vigueses. Un punto de venta práctico, moderno y perfectamente ubicado, que mantiene la esencia artesanal de la marca. Más que una expansión, es una invitación a seguir descubriendo el placer del chocolate desde la autenticidad, la calidad y el sabor inolvidable de lo hecho con el corazón. Y ahora, también con la tranquilidad de saber que hay un chocolate para todos.