Diseñadores, ingenieros, arquitectos e incluso historiadores lo tienen claro: la iluminación representa uno de los elementos clave a la hora de poner en valor el patrimonio histórico y cultural de las ciudades y su carácter ancestral, conectándolos emocional y socialmente con los ciudadanos. 

Apostar por una integración armónica y sutil resulta clave para lograrlo y es aquí donde entran tres elementos en juego: el color, la uniformidad y la densidad de la luz, que redundarán en una mayor sensación de seguridad y confort entre los viandantes al tiempo que permitirán evitar los problemas de contaminación lumínica

Este era, precisamente, el reto que planteaba la restauración del Puente de O Burgo, en Pontevedra, donde se buscaba resaltar la fisonomía originaria de esta joya medieval del año 1165. 

En otros términos: se trataba de que la estructura volviese a sus orígenes sin renunciar al futuro, recreando la visión que tendría hace más de 856 años si se hubiese iluminado entonces con todo el potencial tecnológico actual. 

Y es aquí donde entra la tecnología LED COLOUR COMPACT® de la empresa gallega SETGA, que se sirve de nanotecnología para producir hasta 16 millones de tonos de luz con uniformidad y consistencia cromática, evitando la aparición de las manchas en el proceso de mezcla de colores secundarios. 

Este hito del color de la luz redunda en una mayor sensación de seguridad y confort entre el viandante, y le reconecta emocionalmente con las joyas patrimoniales de las ciudades. SETGA

COLOUR COMPACT®, primer equipo con LED RGB-W en España

“El primer sistema RGB-W fabricado en España libera el alma escénica de la iluminación arquitectural y logra la compactación cromática de modelos de color, evitando la percepción visual de los colores primarios en el proceso de mezcla”, explican con otras palabras desde la empresa gallega, con presencia internacional en más de 16 países y referente de la iluminación en Europa, sobre este auténtico hito para la iluminación 4.0 de bienes culturales y patrimoniales. 

Y es que, completan, “hay que tener en cuenta que la falta de uniformidad y consistencia cromática en el proceso de generación de colores secundarios constituía antes de la transformación del puente de O Burgo una gran limitación para todos los equipos RGB-W existentes en el mercado de iluminación exterior”. 

De hecho, durante la restauración del Puente de O Burgo, la gallega SETGA tuvo la oportunidad de concurrir con su tecnología COLOUR COMPACT® frente a otros fabricantes europeos, demostrando empíricamente la capacidad de sus equipos y tecnología y siendo finalmente la elegida por la ciudad de Pontevedra para la transformación del puente. 

El resultado fotométrico del sistema minimiza las pérdidas ópticas, logrando excelentes niveles de uniformidad en el plano horizontal y vertical a fin de maximizar el confort y la sensación de seguridad del viandante bajo escenarios tanto de iluminación ornamental vial como escénica libres de contaminación lumínica.Un hito, en definitiva, de la convivencia entre tradición y vanguardia para la iluminación integradora 4.0 de los bienes patrimoniales y culturales de nuestras ciudades.