Galicia 2030: a por el Objetivo Nº 7
» De la solar fotovoltaica y la biomasa a la bomba de calor: cada vez más gallegos apuestan en verde para reducir sus emisiones, ganar en independencia energética y ahorrar en la factura

En sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, la ONU recoge ‘La energía asequible y no contaminante’. / SHUTTERSTOCK
Según datos de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU), las emisiones de gases de efecto invernadero son hoy un 50% superiores al nivel de 1990; y la energía es, con mucho, el principal contribuyente a este problema: representa el 73% de los gases de efecto invernadero causados por el hombre.
Para limitar el calentamiento a 1,5º, las emisiones mundiales de CO2 deben disminuir en un 45% entre 2010 y 2030, y alcanzar el cero alrededor de 2050. Una meta que nos apela a todos. Instituciones, empresas y particulares debemos formar parte de una transición, la energética, que mucho más que de futuro nos habla ya de presente.
A la urgencia climática, plasmada en el Número 7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que apuesta por la ‘Energía asequible y no contaminante’, y estrechamente relacionado con el Número 13 — ‘Acción por el clima’ —, se suma el goteo incesante de noticias sobre la subida de los precios de la energía a lo largo del último año. Un mercado que puede verse aún más comprometido tras el estallido de la crisis internacional en Ucrania.
Así las cosas, cada vez son más los actores gallegos que se lanzan a la apuesta por soluciones energéticas más eficientes, que les permitan aminorar, o incluso eliminar, sus emisiones de CO2; reducir su dependencia energética; y ganar ahorro en sus facturas.
Eólica, solar, geotérmica, hidráulica, de la biomasa... y la lista sigue. Las opciones renovables cotizan al alza en la comunidad y son muchas las empresas que se suman a la carrera por la transición energética — entre las áreas más beneficiadas por los fondos europeos Next Generation— tanto a la hora de facilitarla como proveedores de sistemas e instalaciones como como consumidores.

SHUTTERSTOCK / Aerial view of Solar panel, photovoltaic, alternative electricity source - concept of sustainable resources on a sunny day, Phuoc Dinh, Ninh Phuoc, Ninh Thuan, Vietnam
Autoconsumo fotovoltaico
Ejemplo de este paso adelante son industrias que requieren grandes cantidades de energía para llevar a cabo su actividad diaria. Es el caso de los grandes congeladores, centros logísticos y de transformación de productos del mar autonómicos. Un sector que, ejemplifican desde la empresa Voltfer, enseña del Grupo Alvariño especializada en soluciones fotovoltaicas, ha dado un salto al autoconsumo para reducir su dependencia energética y mitigar el impacto del precio de la energía al tiempo que apuesta por la sostenibilidad.
Mascato, Frioya, Frialia, Casa Botas, Fandicosta o Pereira son solo así algunas de las firmas que han instalado sistemas fotovoltaicos en los últimos meses.
Bombas de calor
Especial mención merecen también en este sentido las alternativas para los hogares y es que los edificios representan más de un tercio del consumo de energía final de la Unión Europea, con la calefacción entre las principales protagonistas.
Así, en el marco de la escalada de precios de la energía y según comparten los conocedores del sector, la demanda de bombas de calor como sistema de climatización crece cada vez más entre las viviendas particulares. Se trata de un sistema capaz de trasladar energía térmica de un medio a otro y que captura así el calor del aire exterior o de la tierra para llevarlo al interior de la vivienda. Combinado con otras renovables como la fotovoltaica, este sistema puede reducir las emisiones de CO2 de la climatización de nuestras viviendas a cero.

Galicia es la primera región española en potencial de residuos forestales para biomasa, según datos del Inega. / SHUTTERSTOCK
Biomasa
La biomasa es otra de las opciones que crece en la comunidad y es que no en vano Galicia es la primera región española en cuanto a potencial de residuos forestales, según datos del Instituto Enerxético de Galicia (inega), que concreta que contamos con una disponibilidad estimada de casi un millón de toneladas por año de biomasa forestal residual en condición sostenida.
Potencial del que están sacando ya partido entidades como la Uvigo en su Campus de Pontevedra, donde cuentan con una planta de biomasa para dar servicio a varias facultades y que se distribuye a través del sistema conocido como District Heating. Esta solución permite agrupar decenas de calderas y chimeneas individuales en una instalación más grande y adaptada para favorecer un mejor aprovechamiento de este tipo de energías renovables.
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