Organización empresarial

La metodología 5S desembarca en la gestión de residuos con Sogama

» El Complejo Medioambiental da un paso más en la optimización del servicio público al apostar por la eficiencia del modelo japonés y sienta las bases para un primer Estándar Lean

Sogama acogió en su sede una jornada informativa para hacer partícipes a los operarios adscritos de la nueva forma de gestión 5S.

Sogama acogió en su sede una jornada informativa para hacer partícipes a los operarios adscritos de la nueva forma de gestión 5S. / Cedida

Se originó en Japón tras la Segunda Guerra Mundial y, casi un siglo después, esta metodología puede presumir de haberse instaurado ya en empresas de todo el globo terráqueo con resultados contrastados y altamente positivos ¿Cómo? Gracias a los cinco pilares a los que debe su nombre: clasificación (Seiri), organización (Seiton), limpieza (Seiso), estandarización (Seiketsu) y disciplina (Shitsuke).  

La denominada Metodología 5S desembarca ahora en la Sociedade Galega do Medio Ambiente (SOGAMA), que continúa liderando la innovación en gestión sostenible de residuos municipales y da un paso más en la optimización de la prestación de un servicio público esencial para la población, toda vez que posibilita la configuración de un espacio de trabajo más ordenado, limpio y organizado, además de impulsar la sostenibilidad, la economía circular y un menor consumo de recursos

Las claves de la Metodología 5S

"El objetivo es lograr un espacio de trabajo más ordenado, limpio, seguro y sostenible, en el que se consuman menos recursos y se gane en productividad así como satisfacción del personal"

Así las cosas y de la mano de Prezero, contratista de la planta de clasificación de envases ligeros situada en el Complejo Medioambiental de Cerceda (donde se separan por tipologías los envases de plástico, latas y briks procedentes de la recogida selectiva de los contenedores amarillos), Sogama empezará aplicando la Metodologia 5S en el área de almacenes, donde al minimizar la presencia de obstáculos, herramientas y suministros innecesarios, aspira a crear un espacio de trabajo más ordenado, limpio y organizado así como más seguro, al tiempo que propicia un menor consumo de recursos y una menor generación de residuos, contribuyendo de esta forma a la economía circular. Ello redunda en un incremento de la productividad y la eficiencia, y, en consecuencia, en una mayor satisfacción del personal.

Piloto para un primer Estándar Lean

Con el objeto de hacer partícipes de esta nueva forma de gestión a los operarios adscritos a la planta de clasificación, Sogama acogió en su sede una sesión informativa en la que se explicó con detalle los pormenores del proyecto, que toma la forma de piloto con el fin de disponer de un primer Estándar LEAN, determinando así la mejor manera de realizar las operaciones y obtener un nivel de calidad homogéneo. 

En todo caso, la pretensión es llegar a un sistema de producción como el “Lean green”, diseñado precisamente para mejorar la eficiencia operacional y garantizar la sostenibilidad, y disponer de una metodología sencilla y unificada, extrapolable a otras plantas/áreas y auditable objetivamente con impacto en la eficiencia y la prevención de riesgos. Un modelo al que miran cada vez más las empresas líderes de todos los sectores y que busca, en definitiva, ofrecer más con menos. 

Uno de los errores más comunes a la hora de reciclar es pensar que todos los objetos fabricados con plástico deben depositarse en el contenedor amarillo.

Uno de los errores más comunes a la hora de reciclar es pensar que todos los objetos fabricados con plástico deben depositarse en el contenedor amarillo. / Cedida

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Cada vez somos más los ciudadanos que apostamos por reciclar, pero muchos seguimos cayendo en uno de los errores más comunes a la hora de llevar a cabo esta tarea: pensar que todos los objetos fabricados con plástico deben depositarse en este recipiente, ¿sabías que no es así?  

Y es que biberones, chupetes, utensilios de cocina, cubos y juguetes de plástico deben ir al contenedor genérico, al igual que los pañales, tupperwares, moldes de silicona para cocinar, bolígrafos, sacapuntas, mecheros, neceseres o envases de medicamentos (estos últimos deben llevarse a los puntos SIGRE de las farmacias), por poner sólo algunos ejemplos.

Así nos lo recuerdan desde la Planta de Clasificación de Envases del Complejo Medioambiental de Cerceda, donde se recepciona la denominada bolsa amarilla, es decir, los envases de plástico, latas y briks depositados por los ciudadanos en los contenedores amarillo. Allí, los envases son sometidos a un proceso de clasificación mecánica a través de autómatas, sensores y filtros que propician un alto grado de eficacia. Una vez seleccionados por categorías, se prensan y empaquetan para enviar a los centros recicladores, donde se transforman en materias primas con las que elaborar nuevos productos para ser reincorporados al circuito comercial. 

Así y entre los residuos que sí debemos depositar en este recipiente, se encuentran: 

  • Botellas de plástico
  • Latas de conserva y bebidas
  • Tapas y tapones de plástico, metal y chapas
  • Papel film y papel de aluminio
  • Bandejas de aluminio
  • Bandejas de corcho blanco
  • Botes de desodorante y de cosméticos
  • Bolsas de plástico (limpias)
  • Tarrinas, envases y tapas de yogurt
  • Briks (de leche, zumos, sopas, …)
  • Tubos de pasta de dientes
  • Envoltorios de plástico de magdalenas, galletas…