Energías Renovables

Las otras caras de la eólica gallega

» Más allá de las cifras y desde comunidades de montes y empresas locales, distintas voces 
 defienden las ventajas económicas y sociales del sector para el medio rural autonómico

Ganadería extensiva y eólicos conviven en el parque de de Cures e Mouzo, en Vimianzo.

Ganadería extensiva y eólicos conviven en el parque de de Cures e Mouzo, en Vimianzo. / Cedida

La urgente transición energética y la privilegiada situación geográfica y orográfica de nuestra comunidad autónoma para el sector han colocado a los parques eólicos gallegos en la primera línea de la actualidad, pero lo cierto es que no estamos ni mucho menos ante un fenómeno nuevo. 

Tres décadas han pasado desde la instalación de parques pioneros como el de Camariñas, creado por Naturgy en 1989. Eran los primeros pasos de un sector que suma actualmente 5.436 puestos de trabajo; 489,1 millones de euros de contribución total al PIB; y 11 millones de euros abonados a los propietarios de los terrenos en concepto de alquiler en la comunidad, según un estudio elaborado por Deloitte con datos de 2020. 

Pero la realidad siempre va más allá de lo que pueda contarnos una hoja de excel y merece la pena conocer las otras caras del sector, esas que, con nombres y apellidos y desde las comunidades de montes hasta las empresas locales, nos ayudan a entender mejor el funcionamiento e implicaciones de la eólica en Galicia.  

“La convivencia no solo es posible, sino también beneficiosa para el rural”

“Tenemos que pensar que mantener el rural cuidado y vivo tiene un coste y, en este sentido, la convivencia no solo es posible, sino también beneficiosa”, plantea Marcos Bugallo, presidente de la comunidad de Montes Veciñais de Cures e Mouzo, en Vimianzo, donde desde finales de los años 90 está instalado un parque eólico operado por Naturgy

“Supuso un revulsivo ya no solo en lo económico, sino también en lo social, en la lucha contra el abandono de los montes y la despoblación rural. Salieron pistas y nuevos accesos para tractores y coches y, hoy en día, ves el monte ordenado. Gracias a los contratos de arrendamiento, pudimos construir una “Casa dos veciños”, un local social en el que nos reunimos y celebramos actividades y cursillos; o colaborar en un parque infantil y de máquinas biosaludables”, continúa relatando Bugallo, que aclara: “Claro que no todos los montes pueden tener parques eólicos porque se destinan a otras actividades como la madera o el turismo; pero hay muchos como el nuestro, improductivos en otras áreas, en los que esta instalación puede suponer un gran revulsivo”. 

Además y lo que muchos no saben es que los parques eólicos, que reportan unos arrendamientos anuales durante toda su vida útil, permiten un nuevo uso económico del suelo plenamente compatible con la agricultura y ganadería que impera en las zonas donde se ubican: “¿Qué si conviven? Tendrías que ir en verano y ver cómo están todos los caballos buscando la sombra de las instalaciones”, expone para resumir Bugallo frente a las dudas en este terreno. 

Trabajos ejecutados por la empresa coruñesa Garaysa.

Trabajos ejecutados por la empresa coruñesa Garaysa. / Cedida

“Agradecemos mucho que cuenten con empresas de la zona”

Al impacto positivo en términos de reducción de emisión de gases contaminantes y el cuidado de los montes, se suma además la generación de empleos de calidad tanto en términos directos como indirectos y es que, explican desde Naturgy, “nos apoyamos en las empresas gallegas porque cuentan con personal de la zona con amplio conocimiento del territorio y de la orografía gallega y con la capacidad técnica para trabajar aquí”. 

“Empezamos hace 25 años y desde hace más o menos diez trabajamos con Naturgy; se nota el impacto porque estamos hablando de proyectos importantes y la verdad es que se agradece mucho que cuenten con empresas locales”, corrobora Pablo Echegaray, gerente de la coruñesa Garaysa, especializada en ingeniería y desarrollo de instalaciones eléctricas. 

Echegaray va, de hecho, todavía más allá y habla de cómo la economía funciona en forma de círculo con retorno para muchos actores no implicados directamente. “También contribuye al desarrollo de los ayuntamientos durante la duración de los trabajos:restaurantes, hoteles, gasolineras, etc”, se despide.