“Llevo en el mundo de la odontología treinta años” nos cuenta Libertad Cruz, directora médica de la Clínica Dental moañesa que lleva su nombre.
El mundo de la medicina y la odontología está en constante evolución y movimiento, así que a parte de sus veintisiete años de experiencia con uno de los mejores dentistas de Cangas, afirma que sigue formándose: “¡Me falta tiempo para aprender!”.
Así, en su clínica de la calle Ramón Cabanillas apuesta por ofrecer sistemas de última generación, cirugías guiadas, cargas inmediatas y diagnósticos precisos, siempre con la seña de identidad de la profesionalidad, de todo el equipo en sus diferentes especialidades, que busca un tratamiento sin dolor para los pacientes.
"El principal objetivo es ofrecer soluciones sin dolor"
Y es que uno de los pilares de Libertad Cruz es la escucha activa. Un método de trato consistente en la empatía y la atención personalizada, que trata a cada uno de forma única. “Al fin y al cabo, el objetivo de la medicina, su futuro, siempre ha sido ese: que cada persona sea tratada acorde a sus verdaderas necesidades”.
¿Cómo se consigue? “La empatía no es interpretar un papel, es escuchar al paciente. De esta forma sabemos realmente lo que necesita. La odontología no es vender dientes, es darle una solución a los problemas con los que un paciente llega a la clínica.” Y es que la salud dental y bucal es primordial para una buena salud general.
“Por la boca entra todo. Cuando comencé a estudiar odontología me gustaba definir las células dendríticas como las defensoras del organismo, los soldados protectores de nuestro cuerpo. Todo entra y empieza por la boca. Y si la cuidas, tu organismo y tu sistema inmunológico estarán mucho más sanos”.
Esa salud y ese bienestar está detrás del compromiso de cualquier odontólogo con sus pacientes, y especialmente de Libertad Cruz. Además de esa escucha activa que caracteriza la clínica, también busca conquistar a los pacientes a través de todos los sentidos. Olfato, vista, oído...
“En nuestra clínica queremos causar un impacto positivo desde el momento en que se entra por la puerta. ¿La vista? Tengo cuadros de artistas moañeses en las paredes, que siempre llaman la atención. ¿El olfato? Siempre escojo un olor determinado, que contagie calma. Igual que con la música, clásica, relajante, tranquila. Algunos pacientes me dicen que es entrar y casi quedarse dormidos” termina entre risas.
Todo empieza por la boca. Si la cuidas tu organismo y tu sistema inmunológico estarán mucho más sanos
No en vano, tratar que las visitas al dentista sean experiencias positivas, no negativas, sin estrés y como en casa es una de las tareas pendientes de los odontólogos, que intentan ponerse en el lugar de cada una de las personas que entran por la puerta de sus negocios. “Como en casa y con odontología de calidad, claro está. Soy muy ambiciosa con la calidad de los materiales y los medios que ofrezco a mis pacientes. Lo mejor siempre”.
Con esa declaración de intenciones se despide Libertad Cruz, que remarca lo orgullosa que está, como moañesa, de poder trabajar en su localidad de siempre y con la misma ilusión que los últimos treinta años.