La ola de calor que acabamos de vivir no sólo afecta a la salud de las personas, sino también a la de los coches, que sufren más averías de lo normal con estas temperaturas. La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) detalla qué partes del coche son las que más fallan por el calor y qué debemos hacer para evitar una avería.

El motor

Como es lógico, las altas temperaturas pueden hacer que el motor se sobrecaliente. Si vemos que la aguja se acerca al rojo durante la marcha, debemos parar cuanto antes para evitar una avería. Hay que esperar a que se enfríe y a revisar los niveles del líquido refrigerante. Para evitar todo esto, hay que revisar el nivel y estado de todos los líquidos del vehículo (refrigerante, frenos, aceite, limpiaparabrisas, entre otros) antes de salir del viaje.

El turbocompresor

La ubicación del turbocompresor hace que sea uno de los componentes que más complicada tiene su refrigeración, por lo que ésta se confía al propio aceite. Por ello es importante que para evitar daños en esta pieza se deje el motor encendido un par de minutos antes de apagarlo. De este modo, evitaremos que el aceite se deteriore y dañe la turbina.

Los neumáticos

No es casualidad que en verano vemos más reventones de neumáticos que nunca en la carretera, puesto que el calor es uno de sus peores enemigos. Para evitarlo, debemos de procurar siempre llevar unos neumáticos en buen estado y con la presión correcta. Cuanto más baja sea ésta, más posibilidades hay de sufrir el temido reventón. Además de que elevará el consumo de combustible.

Los frenos

Si unimos el calor extremo que hace en verano, con el esfuerzo que deben hacer los frenos para detener el coche completamente cargado de personas y equipaje en los viajes, obtenemos el cóctel perfecto para que podamos sufrir una avería en el sistema de frenado. Por eso es necesario antes de salir a carretera, comprobar el estado de las pastillas, de los discos y el nivel del líquido del circuito.

El aire acondicionado

Después de haber estado parado casi todo el invierno, puede que nos falle el sistema de aire acondicionado del coche, y más si lo ponemos a tope para que nos enfríe el habitáculo cuanto antes en esta ola de calor. Lo que hay que hacer es conectarlo al menos una vez al mes durante el invierno, aunque sea poco rato; comprobar que no hay fugas en el circuito; y poner una temperatura de unos 22 o 24 grados, aunque fuera haga mucho calor, para no forzar el sistema. Ponerlo a 16 grados no va a hacer que el interior se enfríe antes.

Es por ello que un buen mantenimiento es clave.