Gaspar, Melchor y Baltasar cumplieron puntualmente con su cita en las comarcas a pesar de las restricciones. No podía ser de otro modo. Eso sí, en esta ocasión no hubo grandes desfiles ni tampoco caramelos por culpa del protocolo antiCOVID-19. Los Reyes Magos se vieron obligados a lucir mascarilla durante su paso por la capital dezana en el tren turístico que les llevó por las calles más céntricas de la localidad, mientras que en Rodeiro repartieron regalos en el polideportivo municipal, algo que repitieron también en el Auditorio Xosé Casal de Vila de Cruces.

En el caso de Agolada, la comitiva real contó con la ayuda de Protección Civil para poder hacer llegar los regalos a los pequeños.

Sus Majestades de Oriente tuvieron que adaparse a la situación sanitaria. Los desfiles multitudinarios fueron sustituídos por recorridos en tren y entrega de regalos con controles de aforo. Bernabé/Javier Lalín

Ya en A Estrada, los Reyes Magos ocuparon sus tronos reales en el Teatro Principal. Desde alli tiraron de las nuevas tecnologías para llamar por videollamada de WhatsApp a más de 200 niños.

En Forcarei, Sus Majestades de Oriente recorrieron con Protección Civil todas las parroquias del municipio. E concello forcaricense, gracias a la solidaridad de vecinos, vecinas y comerciantes, entregó regalos a 28 niños de familias en situación de emergencia social.

Ya en Cerdedo-Cotobade, también hubo cabalgata por cascos urbanos y el rural. Y el Concello entregó los premios del Concurso de Postais de Nadal.