El domingo anterior al domingo de Carnaval Lalín se viste de fiesta y, en compañía de decenas de miles de visitantes, celebra desde hace más de medio siglo su Feira do Cocido, declarada en 2020 Fiesta de Interés Turístico Internacional. En esta ocasión, la pandemia forzó al Concello a aplazar un evento que cumpliría 53 años. La organización se iba a volcar como nunca con una celebración que trasciende del aspecto meramente gastronómico. El Cocido es una seña de identidad de sus gentes, trasciende fronteras y es uno de los motores económicos del municipio. Cárnicas, panaderías, productores de huerta, de elaborados, supermercados y establecimientos de hostelería y comercio sacan partido a una fiesta que preludia los carnavales con un ambiente colorista y festivo en su día grande.Algunos restaurantes ofrecieron cocido para llevar, y fueron muchos vecinos los que lo prepararon en sus casas, aunque en mesas restringidas a un núcleo de convivientes y sin amigos o invitados con los que compartir las partes nobles del cerdo, la gallina, la ternera, grelos, garbanzos, patatas o chorizos acompañados de orejas, cañas o filloas de postre. Mientras tanto, el silencio imperaba en las calles.