Dentro de los muchos acuerdos de patrocinio entre empresas y clubes deportivos, hay algunos que van más allá de un apretón de manos. Aquellos tratos en los que existe una identificación con una causa y en la que el placer de compartir crecimiento se convierte en una ilusión inherente y sin condición.

Cuando la identidad, el compromiso y la implicación subyacen a un vínculo surgen alianzas que dejan en un segundo plano el apoyo económico. Un claro ejemplo de ello es la estrecha relación que guardan en Vilagarcía el baloncesto, representado en el CLB, y Sigaltec. Una unión que empezó hace ahora 18 años y que la directiva del club no quiere pasar por alto como agradecimiento a una ejemplar fidelidad.

Pocos podrían pensar que aquella primera serigrafía del logo de la empresa en la camiseta de un equipo cadete del Basket Base Club terminase convirtiéndose en el soporte de una estructura de cantera referente en el baloncesto gallego. Desde el primer minuto de aquel 2003 en el que Antonio Vidal Torrado (DEP), Manuel Lorenzo Domínguez y César Mera Bermúdez, propietarios de la firma de productos tecno-industriales, contemplaron la posibilidad de apoyar al club, y por ende proyectar la imagen de su empresa, no lo dudaron. Ni siquiera cuando el crecimiento de la entidad demandó un amparo mayor. Sigaltec vio, ve y seguirá viendo claro que la apuesta es ganadora. Y es que promover, apoyar y facilitar ilusiones, esfuerzos y buenos hábitos es algo que siempre es una victoria segura.

Resultaría muy difícil de calcular el número de jóvenes que han hecho posible su pasión por jugar al baloncesto en Vilagarcía. Un claro ejemplo de ello es que Luis Gabín, uno de aquellos jugadores cadete que en 2003 lucía por primera vez el logo de la empresa, es ahora el entrenador del primer equipo masculino de la entidad, también con Sigaltec destacando en sus uniformes. Una realidad posible gracias a la alianza surgida entre la directiva de la entidad deportiva y una firma vilagarciana que también ha sabido demostrar que se puede crecer sin menoscabar la implicación con un club, con un deporte y con muchísimas familias. En definitiva, ser parte de las ilusiones y afán de superación de una importante representación del ayer, del hoy y del mañana de una sociedad con el baloncesto como nexo de unión.

Una relación entre deporte y empresa que ha adquirido la categoría de referente y que ha logrado que ambos sectores tengan en CLB y Sigaltec ejemplos a seguir. Por ello, se merece poner en valor la mayoría de edad de una coalición tan plausible como reconocible y reconocida. 

Un concordato ejemplar entre Sigaltec y CLB que se ha convertido en un modelo de beneficio compartido cuando se conjugan buenas voluntades y mejores personas.