He aquí una historia que habla de humildad, trabajo y esfuerzo. De oficio, vocación y familia. Al otro lado del teléfono, David Agra rememora los consejos de su padre cuando iban juntos a las ferias de ganado: “Puede tener un defecto, que sea caro; pero no dos: que sea caro y malo”, le decía, y David reconoce que le da pena que se hayan perdido este tipo de mercados de reses en los pueblos gallegos. 

Lo bueno es que el legado de este saber hacer, cuidadoso y casero, permanece todavía intacto en sus siete carnicerías, bajo la marca de Benito Agra, el nombre de su padre y a quien todavía hoy sigue acudiendo en busca de opinión: “Él me enseñó a escoger la mejor carne para nuestras carnicerías y así intento seguir haciéndolo. Para mí es un gran orgullo”. 

“Mi padre me enseñó que un buen carnicero tiene que saber elegir el ganado;cuidamos todo el proceso”

Monterroso, Agolada, Sarria, Melide… Si algo le quedó claro a David en aquellas ferias que conoció cuando tenía solo seis años fue que la buena carne hay que saber identificarla desde el origen, desde el mismo animal: “Cuidamos todo el proceso, somos nosotros los que compramos personalmente nuestro ganado, lo mimamos desde la granja a la tienda, lo cortamos y lo elaboramos nosotros mismos”. 

Benito, David y Lela, en la puerta de la carnicería. I.Abella

Productos frescos y caseros, con la cocina artesanal de ‘Lela’

Con una amplísima gama de elaborados, Carnicerías Benito Agra es famosa por sus hasta 14 clases de hamburguesas y sus 8 tipos de cachopos. Diversidad, sabor, calidad y apuesta por las materias primas, que ofrece también en sus chorizos gallegos, criollos, pinchos morunos, albóndigas,etc. 

El lugar perfecto para hacerse con ternera gallega y cerdo caseros de altísima calidad, corderos criados personalmente, pollo, por supuesto: también casero, y todo tipo de despieces de carne de vaca. Son ellos los que compran las vacas vivas y las sacrifican y maduran personalmente. 

“Ni una sola pieza de matadero”, subraya David desde Carnicerías Benito Agra, donde también cuentan con comida fresca y casera, elaborada cada día en un obrador artesanal con María del Carmen Aragunde, Lela, la madre de David, al frente. En todas sus tiendas, todos los días, puede encontrarse jamón y ternera asados, fabada, callos, lentejas, pimientos rellenos, codillo, pollo estofado, pollo asado, cordero, croquetas... 

Cocinado con cariño, con pasión, de forma artesanal, con las recetas de antes, para quien no tiene tiempo de cocinar pueda seguir comiendo como en casa: “Cuando algo funciona bien, ¿para qué cambiarlo? 

También en sus tiendas podrá encontrarse pronto “A Morcilla de Lela”, la morcilla dulce gallega que Benito y Lela llevan haciendo 50 años y que pocos carniceros saben elaborar hoy en día. Ahora, pronto todos podremos disfrutar de su receta. 

— ¿Un consejo de un experto para elegir bien la carne? “Fijarse en la frescura y el color”— ¿Otro para cocinarla a la brasa? “Siempre a fuego lento lento y la sal al final” — ¿Algo que decirle a vuestros clientes en vuestro aniversario? “Gracias, de verdad, por confiar en nosotros y elegirnos diariamente, arrancamos todas la mañana dando lo mejor de nosotros mismos por vosotros y, sin vosotros, esto no sería posible”.

De calidad y origen 

Apuesta por la materia prima y cariño en todo el proceso. Por fin conocemos la clave detrás de la calidad de las carnes de Benito Agra, afamada en toda la comarca y motivo de alegría, a buen seguro, en no pocas comidas y cenas durante años. En gran medida, culpable de que Carnicerías Benito Agra cumpla ya medio siglo. Todo un referente de la carne de calidad en O Salnés, que ahora crece en el norte de la península con tiendas en Poio, Pontevedra, Rianxo, Ribeira, Boiro y Avilés, además de la de Rubianes en Vilagarcía. 

Siete establecimientos y 50 años han pasado desde que Benito Agra empezase en la plaza de la villa con solo 12 años: “A los 18, recién llegado de la mili, abrió su primera carnicería en el puesto número 7, y ahí fue donde me enseñó el oficio a mí cuando cuando empecé a los 16”, explica David, que añade:“La verdad es que siempre me tiró este mundo”. 

Próxima apertura   

Y tanto, por si todo esto fuese poco, prevé abrir una nueva tienda a finales de año en la avenida de Cambados: una nave de 300 m2 en la que también habrá frutería y congelados, además de los productos de Carnicerías Benito Agra: “Hemos visto que hay una oportunidad de hacer algo distinto y creemos que va a gustar mucho”, explica el carnicero, a quien preguntamos por el secreto del éxito: “Creo que, poco a poco, cuando haces las cosas bien, con cariño, van saliendo solas”.

Todos los días visita todas las carnicerías para llevar mercancía y asegurarse que todo está bien. Se levanta a las 7.00 y, hasta las 10.00 horas, solo para “para comer y ver a los peques”: “Cuando amas tu profesión no miras el reloj, no miras el cansancio. Una persona tiene que ir contenta a trabajar”. 

Un negocio que crece, pero en el que David sigue haciendo gala del valor de la humildad y el trabajo que le enseñaron desde niño en casa:“Yo le veo contento, creo que sí está orgulloso”.

Cincuenta años han pasado desde aquel primer puesto número 7 en la plaza de Vilagarcía.