Empresas, instituciones y organismos internacionales lo tienen claro: la crisis provocada por la pandemia Covid-19 ha puesto aún más de relieve si cabe la necesidad de apostar desde ya por una economía sostenible y centrada en el cuidado del medio ambiente. Prueba de ello son las políticas y programas puestos en marcha por la Unión Europea para una reconstrucción sostenible, diseñados en línea con los ODS de la ONU para caminar hacia un modelo de sociedad más eficiente. 

Regeneración económica y transición ecológica son así dos caras inseparables de una misma moneda en la llamada ‘Recuperación Verde’, un reto de enormes dimensiones que ofrece al tiempo grandes oportunidades en todos los sectores. Así las cosas, la carrera por la sostenibilidad es un hecho en Europa, donde los esfuerzos en I+D+i se centran cada vez más en encontrar soluciones verdes que den respuesta a las necesidades de las personas desde el respeto al medio ambiente.  

Un contexto en el que la madera gallega podría jugar un papel fundamental como materia prima natural y renovable frente al uso de plásticos, y es que la comunidad aporta el 60% de la madera cortada que produce España: “La madera y sus derivados son un valioso recurso en la generación de empleo y riqueza en la comunidad gallega. A través de productos como celulosas no blanqueadas (Naturcell), de baja porosidad, o de gran resistencia, entre otras tipologías, lo que buscamos es ofrecer alternativas de origen natural y biodegradable a objetos en los que actualmente predomina el plástico”, explican en esta línea desde la biofábrica de Ence en Pontevedra, donde no dudan a la hora de responder al ser preguntados por el modo en el que la madera podría contribuir a la recuperación verde. 

1.- Impulso a la bioeconomía

“Si entendemos la bioeconomía como un modelo integral basado en el aprovechamiento responsable de los recursos naturales, la madera podría perfilarse entre las principales materias primas de esta nueva economía, siempre y cuando, por supuesto, sea obtenida a través de una gestión forestal transparente y responsable”, afirman desde Ence sobre una apuesta que quiere impulsar la lucha contra el cambio climático y, al tiempo, generar empleo estable y riqueza para el territorio. 

2.- Economía circular 

Para los expertos de la biofábrica, hablar de madera es hablar de materiales de origen natural, renovables, reciclables y biodegradables, que, por tanto, pueden ser aprovechados de forma sostenible por la sociedad y volver a la naturaleza, cerrando así un círculo virtuoso: “Nuestras plantas se basan en el modelo circular, en el que todos los recursos se utilizan y reutilizan de manera eficiente, generando los mínimos residuos posibles y proporcionando a la sociedad materiales necesarios y de uso común”, completan. 

3.- Sustituta del plástico 

Según la Comisión Europea, más del 80% de la basura hallada en el mar es plástico. Un material que se acumula en mares y playas, donde es ingerido por animales como tortugas, focas, ballenas y aves, también por peces y mariscos. Una de las mayores amenazas actuales para el medio ambiente que encuentra en los productos de papel una gran alternativa. Ejemplo de ello son las bolsas, pero también platos, vasos, bandejas, embalajes, etc. 

4.- Gestión forestal sostenible (y disminución del riesgo de incendios):

Además, la compra de madera local genera empleo en el entorno próximo; más en concreto: 200 millones de euros al año en Galicia, según datos aportados por la biofábrica. De este modo, a través de una gestión forestal sostenible, Ence ayuda a dinamizar el sector forestal, contribuyendo a evitar el abandono de los montes y minimizando en esta línea el riesgo de incendios. 

5.- Fijación de población en zonas rurales:

Las actividades ligadas a la madera, como las que desarrolla Ence, contribuyen a la fijación de población en el rural y, por lo tanto, a la vertebración del territorio.

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Ence, comprometida con el medio ambiente

Gracias a su compromiso medioambiental, Ence Pontevedra cuenta con destacados reconocimientos, como la Distinción Oro de la Comisión Europea y la ecoetiqueta Nordic Swan, sello ecológico oficial de los gobiernos escandinavos. Además, la planta cuenta con el Certificado "Residuo Cero" de AENOR, por la gestión y valorización de subproductos, y su celulosa ha sido validada con la Etiqueta Ecológica de la UE. De este modo, la actividad de Ence puede contribuir a que demos pasos firmes hacia la recuperación verde como sociedad.