De National Geographic al Discovery Channel, pasando por la BBC o The Guardian. Las principales cabeceras y medios mundiales se han hecho ya eco de los hitos de la empresa redondelana Magallanes Renovables, la única española y líder mundial en la carrera tecnológica por el desarrollo de las infraestructuras necesarias para obtener energía a partir de las corrientes de marea, una fuente renovable, abundante y predecible que, según cálculos de Bruselas, podría abastecer el 10% de la energía total de Europa a mediados de este siglo. 

Las empresas del futuro están construyendo una nueva industria de dimensiones oceánicas y Galicia lidera ese proceso con la única plataforma a gran escala que está actualmente en el agua

Anglosajones, asiáticos, europeos… Desde distintos puntos del globo y con un total de 390 gigavatios (GW) de energía potencialmente accesibles en el mundo, las empresas del futuro están construyendo una nueva industria de dimensiones oceánicas y Galicia lidera ese proceso con la única plataforma a gran escala que está actualmente en el agua, calificada ya por la Comisión Europea (CE) como “un sistema robusto, fiable y eficiente (...) viable desde el punto de vista operativo y comercial”. 

El sistema de energía mareomotriz flotante al que alaban desde Bruselas es la conocida como plataforma Atir, ideada por Alejandro Marqués de Magallanes durante una tarde de pesca en el estrecho en la que el empresario pudo comprobar, de primera mano, la “impresionante fuerza” de las corrientes de las mareas en zonas de canales y pasos, en las que las características geográficas concentran el agua en un estrechamiento entre dos masas de tierra. 

Según cálculos de Bruselas, la mareomotriz podría abastecer el 10% de la energía total de Europa a mediados de este siglo

“Por más que nadaba hacia la barca, esta más se alejaba. Tuve que pedir ayuda porque creí que me ahogaba, pero pasó el tiempo, volví a casa y me quedé dándole vueltas: ¿cómo podríamos sacar rendimiento a la impresionante energía que producen las mareas?”. Describía así y hace solo unas semanas el CEO de la compañía los inicios de una tecnología que, como buena parte de las grandes ideas de la historia de la humanidad, surgió de la suma entre una anécdota inspiradora y el afán por desarrollarla de un innovador nato. 

La clave del éxito iba a seguir radicando en la sencillez: para construir la plataforma Atir, 45 metros de eslora, 600 toneladas de peso, 1,5 MW de potencia; Marqués de Magallanes no quiso reinventar la rueda. Supo ver, en cambio, cómo algo tan sencillo como unir dos tecnologías tan maduras en Galicia como son la eólica y la naval podría dar lugar a una solución llamada a convertirse en la piedra angular de una nueva industria energética: la Atir es, en efecto y a grandes rasgos, “un barco que funciona con dos aerogeneradores colocados boca abajo”. 

“Nuestra filosofía desde el principio ha sido aprovechar la tecnología existente. Así reducimos el riesgo tecnológico y podemos centrar nuestros esfuerzos en los desafíos técnicos específicos de lo que nos ocupa”, explica ahora Alejandro Marqués de Magallanes Crespo, al frente del desarrollo de negocio del proyecto Atir, que lo expresa también en otros términos: “Necesitábamos algo sencillo, robusto, con las menos piezas posibles… Solo así íbamos a conseguir un sistema estable que resistiese a la fuerza del mar sin incidencias y con fiabilidad durante el mayor tiempo posible, y que fuese además fácilmente escalable y replicable”.

La plataforma Atir ha sido avalada por la CE como un sistema robusto, fiable, eficiente y viable. Cedida

Proyecto Ocean 2G, el gran test

No se equivocaron. La plataforma Atir, avalada por organismos de la talla del Centro Europeo de Energía Marina (EMEC), a quien ya en 2017 dejó “impresionado”, ha probado estar lista para entrar al mercado tras su participación en en el proyecto Fast Track to Innovation - FTI OCEAN 2G (Second Generation technologies in ocean Energy). Una iniciativa financiada con fondos europeos en la que, tras 24 meses de trabajo en las instalaciones del EMEC en las Islas Orcadas de Escocia, la empresa redondelana ha testado, validado y pre-certificado el prototipo a escala industrial con gran éxito.

Alejandro Magallanes Crespo: "Desde el minuto uno, hemos trabajado con el EMEC en la realización de estudios de impacto medioambiental con mamíferos y aves”

Un hito para el sistema, que cuenta con grandes ventajas competitivas como su bajo coste de instalación y mantenimiento y que presume, además y hasta el momento, de nulo impacto ambiental. “Esto ha sido fundamental para nosotros desde el principio: no tendría sentido que estuviésemos trabajando para generar una energía respetuosa con el medio ambiente y que, para hacerlo, causásemos impacto por otro lado”, comenta Magallanes Crespo, que completa: “Por eso, desde el minuto uno, hemos trabajado con el EMEC en la realización de estudios con mamíferos y aves”. 

Con la mirada puesta en Morlais 2023

¿Objetivo cumplido? Pues a por el próximo. “La carrera no se detiene”, dicen y así es. Con todos estos avales llegarán al menos 20 plataformas como la Atir a Gales en 2023. El proyecto Morlais, auspiciado por la organización Menter Môn y apoyado con fondos locales, británicos y europeos, supondrá la creación del primer parque de energías marinas en el mundo. Allí, frente a las costas de Holy Island, un máximo de ocho empresas del sector harán historia y ya está confirmado que la firma redondelana será una de ellas. Dispondrá de una potencia total de 30 MW, con expectativas de incrementarse hasta los 120, para crear su primer parque mareomotriz. 

Mario Iglesias Casal: "A partir de Morlais, llegará la comercialización en masa a escala industrial, con múltiples parques con cientos de plataformas en el mundo”

“El proyecto Morlais supondrá la industrialización definitiva de la Atir, el punto de partida para pasar a generar energía a partir de las mareas de forma continua y generalizada en el mundo”, describe Magallanes Crespo. “Una vez validada la tecnología, de lo que se trata ahora es de validar el modelo de negocio. A partir de ahí, llegará la comercialización en masa a escala industrial, con múltiples parques con cientos de plataformas en el mundo”, apunta por su parte Mario Iglesias Casal, director de Magallanes Renovables y donde ya se están preparando los próximos pasos: “Tenemos la tecnología, vamos a tener un parque piloto y, a partir de 2024, nos abriremos a tener parques industriales en todo el mundo. La idea es seguir creciendo en Reino Unido y Francia y estamos en contacto con clusters y empresas de Japón, Estados Unidos, Canadá... El plan estratégico ya está en marcha. Vamos a por ello”, resume Casal para pasar a ilustrar el momento que vive el proyecto con un ejemplo acorde con los tiempos: “Si fuese una vacuna, estaríamos al final de la fase tres”. 

Con la mirada puesta ya en 2023, la estela de Magallanes Renovables sigue su curso y continúa sumando distinciones. Cedida

Vigo, cuna de una industria de dimensiones oceánicas

Doce años después, el equipo de Magallanes Renovables saborea ahora la recta final de la carrera por la energía mareomotriz: “Hace solo tres años, no podíamos imaginar estar tan cerca”, reconocen sobre un proyecto de patente gallega, en el que participan más de 40 empresas asociadas pertenecientes al área de Vigo. “Nuestra ambición es seguir localizando la mayor parte de los trabajos aquí, pero no porque seamos gallegos, sino porque como referente en industria naval y eólica, Vigo está preparada, cuenta con los recursos necesarios para hacer frente a una iniciativa de esta envergadura y posicionarse como gran proveedora, no solo de nuestra empresa, sino incluso de nuestros competidores”, vaticina Casal.

Con la mirada puesta ya en 2023, la estela de Magallanes Renovables sigue su curso y continúa sumando distinciones. La empresa opta como finalista a los Premios Galicia de Innovación y Diseño, que este viernes anuncian sus resultados: “Nos sentimos muy arropados y queremos agradecer su apoyo a las instituciones públicas, a la UVigo y a todas las empresas del área industrial de Vigo”.