Valorizar los subproductos de pescado de las conserveras gallegas convirtiéndolos en materias primas de sectores tan punteros como el cosmético, el farmacéutico o incluso el odontológico. Este es el objetivo en el que ya trabajan los doctores en Biología Jesús Cao Trigo y Eva M. Vigo Gago, al frente de la I+D+i de la empresa redondelana Aucosa, y es que: “Si hay partes del pescado que rejuvenecen la piel, si los caparazones de algunos crustáceos contienen una sustancia que funciona como un eficaz cicatrizante natural, o si los ácidos grasos del atún representan un deseado complemento de la leche para lactantes, ¿por qué no sacarle partido creando nuevas oportunidades que dinamicen el sector?” 

Con la economía circular como clave de su modelo de negocio desde los orígenes mismos de su fundación en 1959, la empresa auxiliar conservera procesa actualmente subproductos marinos de 120 factorías a través de la elaboración de harinas y aceites de pescado. Quiere ir ahora un paso más allá: “Como parte del sector, queremos seguir dando pasos adelante, buscando nuevos productos diferenciales que creen valor añadido en la zona y que generen nuevos puestos de trabajo de calidad. Tenemos claro que nuestro futuro está en la I+D+i”, expresa Roberto Casas, gerente de Aucosa. La empresa trabaja así en afinar los procesos de separación, selección y tratamiento de estos restos para obtener sustancias como el colágeno o el quitosano, con las que surtirá a las industrias cosmética y farmacéutica:“Estamos en contacto con firmas nacionales e internacionales que ya han mostrado su interés en contar con nosotros como proveedores”, desglosa Casas desde Aucosa, que ya colabora con Anfaco en esta línea y también en contacto con universidades e institutos de investigación marina. 

En la I+D+i está el futuro

Las pieles de pescados como el atún o la sardina contienen colágeno en su interior, una sustancia muy valorada en el sector de la cosmética gracias a sus propiedades rejuvenecedoras y para cuya obtención es necesario apostar por una mayor selección y separación de los subproductos procedentes de la industria pesquera:“Pasamos de hablar de toneladas a estar hablando de kilos. Cantidades más discretas, pero con mucho más valor”, resume así Casas, que desglosa datos con soltura:“Si ahora mismo generamos un valor de 1000 euros por tonelada; en un producto de valor añadido, oscilaremos entre los 8.000 y los 25.000 euros la tonelada”. “El primer paso será separar las pieles del resto de subproductos y, posteriormente, las someteremos a un proceso de hidrólisis enzimática. Así obtendremos el colágeno que después podremos a disposición de las empresas cosméticas”. Mismo proceso con los caparazones de crustáceos como gambas o langostinos para obtener quitosano, conocido por sus propiedades cicatrizantes y muy útil para la producción de apósitos, entre otros.