El odontólogo Ángel Lorenzo Sáez ha sido reconocido con el premio honorífico que concede anualmente Clínicas W por su contribución a la Odontología Slow al dar nombre al modelo de gestión que comparten las clínicas dentales de la propia corporación. El reconocimiento tuvo lugar el pasado viernes durante la cuarta edición de la reunión anual de la red odontológica, que ya aplica su metodología en 39 centros ubicados por todo el territorio nacional, entre los que se encuentra el que dirige el dentista gallego en Pontevedra. La Clínica Dental Ángel Lorenzo, fundada en 1967 por su progenitor, representa la experiencia y tradición de una generación de dentistas en la familia, pero también la renovación y modernización de las clínicas dentales tradicionales. Las de toda la vida.

“Si algo hice fue darle nombre a algo que ya estaba en la cabeza de Primitivo Roig desde hace muchos años, nada más que eso”, dijo el doctor Lorenzo en referencia al fundador de la red y creador del método ‘slow’ aplicado en la odontología. El odontólogo aseguró que le produce “una alegría enorme” recibir el galardón que años atrás reconoció a personalidades como Alejandro Vesga, director de la revista Emprendedores, y Carl Honoré, gurú del movimiento ‘slow’, entre otros. Ángel Lorenzo recordó que estos tres años formando parte de la red le han motivado un cambio tanto a nivel profesional como personal. “Pertenecer a Clínicas W y aplicar con su ayuda el método ‘slow’ ha propiciado un cambio en mi forma de entender la profesión y la vida”, dijo durante la entrega del reconocimiento. Además, añadió que el valor diferencial que tienen los miembros de la red es que: “somos nosotros mismos, somos nuestra esencia. Es lo que aportamos a nuestra clínica y lo que nos hace diferentes”, dijo el dentista pontevedrés.

La Odontología Slow es un modelo de gestión que aplican las Clínicas W, principalmente, para mejorar la calidad asistencial de los pacientes. Se caracteriza por buscar una experiencia positiva y única promoviendo un vínculo emocional entre los pacientes y el equipo de la clínica, en un entorno en calma y de bienestar que acaba con el clásico estrés en el dentista. Citas más aprovechadas para escuchar al paciente, entenderle y conocer sus necesidades crean una atmósfera idónea para planificar los tratamientos correctamente y encontrar un trato cercano que humaniza el servicio. La combinación de la excelencia en todos los tratamientos y una atención impecable son otras de sus principales señas de identidad.

Fruto de ello, Clínicas W cierra el año con una calificación de 9,68 en la encuesta de satisfacción de los pacientes. Los procesos internos de su modelo de gestión, enfocados principalmente a mejorar la calidad asistencial de los pacientes, permiten a las clínicas de la red tener un aumento del 20% en su rentabilidad, lo que les capacita aún más para la reinversión constante en mejoras. Además, crece un 30% más de clínicas dentales que en el periodo anterior, con 39 centros repartidos por todo el territorio nacional, que atienden a más de 200.000 pacientes. El método ‘slow’ aplicado a la odontología impulsa un modelo accesible para los pacientes, sostenible y responsable que le ha permitido a la corporación afrontar este año, marcado por la pandemia, con paso firme y sin reinvenciones. “En los años difíciles es cuando salen a flote los verdaderos valores, el compromiso de un colectivo y la eficacia de los sistemas”, afirmó su fundador, Primitivo Roig, en el tercer aniversario del grupo.

El Dr. Ángel Lorenzo, acompañado del Dr. Primitivo Roig, fundador de Clínicas W y encargado de hacer entrega del galardón.

Mejorar la sonrisa en tiempos de mascarillas

Durante el evento, que por primera vez tuvo que celebrarse telemáticamente y reunió a más de 350 profesionales de la odontología, tuvo lugar la presentación del Estudio W del sector Odontológico en España 2020, que analiza claves tanto de los profesionales como de los pacientes. Uno de los datos más reveladores es el crecimiento exponencial de la importancia que los españoles otorgan a la salud bucodental, que alcanza el 70% en su máxima valoración cuando el año pasado apenas alcanzó el 35%.

En lo que respecta a la influencia de la covid-19 en la salud oral, los pacientes manifestaron su intención de iniciar un tratamiento tras el confinamiento. El 31% mostró su predisposición a mejorar su sonrisa en plena época de mascarillas, mientras que el 25% ya se encontraba en tratamiento. Por último, el miedo al coronavirus apenas alcanza el 1% entre las barreras para visitar al dentista —la falta de tiempo y las razones económicas son las primeras— mientras que un 91% percibe las clínicas dentales como un espacio completamente seguro.