Pocos regalos habrá mejores para compensarle todos esos disgustos a nuestros padres este 19 de marzo que los injertos capilares. La preocupación por la imagen y el cuidado del cabello está cada día más en auge, con técnicas más accesibles y que, por fin, tras años de investigación, han logrado ofrecer resultados. Así lo explica el Doctor Jorge Novoa Amarelle, médico especializado en Cirugía Estética y con clínica en Vigo.

"Se hablaba de fórmulas magistrales, de una gran diversidad de métodos; pero la realidad es que, hasta hace unos pocos años, la caída del cabello era algo que no parecía tener solución. Muchas personas veían disminuir poco a poco la densidad de su pelo, abocadas a sufrir una pérdida irreversible. Sin embargo, hoy en día y gracias a las nuevas técnicas de recuperación, la caída del cabello ya no supone un problema", apunta en esta línea.

En los últimos años la tecnología ha avanzado a un ritmo frenético y aportado nuevas y mejores soluciones a distintos campos de la medicina estética.

También en lo que a la calvicie se refiere, "con innumerables novedades que hacen posible acabar con este problema", asegura Novoa, que apunta al terreno de los injertos capilares como el que más cambios ha sufrido en este sentido.

"Hace décadas, se recurría a la extracción de folículos con fragmentos de piel para su inserción manual en las partes afectadas por la calvicie. Ahora, en cambio, el injerto capilar se lleva a cabo a través de sofisticados procesos en los que los médicos expertos y su equipo analizan, revisan y extraen todos los folículos de zonas muy concretas para repoblar aquellas que requieren de una mayor cantidad de pelo", describe Novoa la conocida como técnica FUE y que más presencia ha ganado en el contexto de los implantes de pelo.Su funcionamiento consiste en la realización de microinjertos que pueden llegar hasta las 5.000 unidades foliculares, lo que, a su vez, se traduce a un total de entre 10.000 y 12.000 cabellos.

Para poder llevar a cabo este procedimiento, dichas unidades se extraen antes de una zona donante previamente rasurada para facilitar el proceso.

Resultados duraderos y apreciables en un año

Después y mediante un uso extremadamente preciso de los aparatos y tecnologías implicados en el proceso -en la Clínica Novoa (www.clínica- novoa.net) se lleva a cabo con robot- se procede a injertar uno por uno los folículos extraídos para que, gracias a la vitalidad y fortaleza que poseen, vuelvan a poblar la zona que así lo necesite.

Los resultados tras someterse a esta técnica son apreciables a partir de aproximadamente un año, por lo que, apunta el médico, "se trata de un tratamiento cuyos efectos no se verán de inmediato pero que sí se mantienen a lo largo del tiempo".