El aumento de mamas sigue siendo la cirugía más demandada en nuestro país. Por esta razón, cada día se implantan nuevas técnicas para lograr la mayor naturalidad posible, lo que convierte a esta cirugía en la que más ha evolucionado con el paso del tiempo. Desde hace 20 años se utilizan los implantes redondos y anatómicos en las operaciones de aumento de pecho pero ahora ha llegado al fin la última revolución en implantes, las prótesis ergonómicas, que entre otros beneficios son capaces de adaptarse a todas las posiciones que puede adoptar el cuerpo y son más blandas y naturales.

"Las prótesis ergonómicas suponen una revolución en el mundo del aumento mamario, ya que consiguen un resultado mucho más natural, tanto a la vista como al tacto. La cohesividad, esto es, la dureza del gel de silicona que las prótesis contienen, es menor, por lo que al tacto resultan más blandas" explica el doctor Jorge Novoa.

Estos implantes se comportan con mayor naturalidad dentro del tejido, dejando a un lado el concepto de anatómico o redondo. "Si la paciente está de pie, la prótesis tiende a adoptar una forma anatómica mientras que si está tumbada tiende a distribuirse más lateralmente. Además, para evitar su posible desplazamiento, que suponía otro de los grandes problemas de las prótesis anatómicas, incorporan dos lengüetas para poder fijarlas con suturas a las costillas y así evitar su emigración", asegura el cirujano plástico.

Cubierta nanotexturada

Hasta el momento, existían las prótesis rugosas y lisas. Ahora, estas nuevas prótesis son nanotexturas. "Presentan la textura ideal para poder adherirse al tejido sin agredirlo ni producir seromas o contracturas capsulares", apunta el doctor Novoa.

La cubierta cuenta con una superficie de texturado más uniforme y sin cavidades, lo que supone una agresión muy leve del tejido circundante y un avance significativo en la disminución de la aparición de contracturas capsulares, dobles cápsulas o seromas tardíos.

Otra de las técnicas revolucionarias de los últimos años es la conocida Técnica PSI, que el cirujano plástico aplica en muchas de sus intervenciones. "Se trata de una técnica que permite generar un escote natural, acabando con la tan temida separación exagerada de los senos", apostilla.