Todos hemos oído hablar de la reproducción asistida, pero pocos conocemos en qué consiste el tratamiento y cómo puede afectar al cuerpo de una mujer, sobre todo cuando se necesita de la transferencia de un embrión para conseguir el embarazo. Por eso hablamos con los expertos de Clínica Nida sobre los distintos métodos de preparación para la transferencia embrionaria.

-Una vez que el paciente se encuentra en un tratamiento donde necesita una transferencia embrionaria, ¿con qué modalidades de tratamientos contamos en la actualidad?

A la hora de programar y preparar a nuestras pacientes para la transferencia al útero de su embrión vitrificado (congelado), existen dos métodos claramente diferenciados: el ciclo natural y el ciclo sustituido.

-Concretamente ¿a qué nos referimos cuando hablamos de un ciclo?

La palabra “ciclo” se refiere al tiempo del tratamiento, desde su inicio hasta que este concluye.

-¿Cuál es la diferencia entre ciclo natural y ciclo sustituido?

Por motivos de logística y de control del calendario, el ciclo sustituido es el más empleado por los profesionales. Consiste, a grandes rasgos, en el bloqueo del ovario de la paciente mediante una inyección intramuscular de una hormona y la preparación posterior del endometrio, la capa interna del útero, con estrógenos a altas dosis. A mayores, unos días antes de la transferencia se añade progesterona a altas dosis.

El resultado es que la paciente no ovula, lo cual permite programar con mucha antelación el día exacto de la desvitrificación del embrión y su transferencia al útero de la mujer. De esta manera se evitan fechas señaladas. Las dosis de hormonas administradas son altas debido a que el ovario de la mujer está bloqueado y no produce estas hormonas de forma natural, por lo que este tipo de ciclo es muy dependiente de la medicación que se administra. Un error u olvido en su administración puede comprometer la evolución de un embarazo, sobre todo en las primeras semanas.

-Ese sería el proceso en el ciclo sustituido, que parece más practico para el equipo médico, pero con más aporte de medicación para la paciente. ¿Y el ciclo natural?

Por otra parte está el ciclo natural. El fin es el mismo, es decir, la preparación del útero para que esté lo más receptivo posible en el momento que se descongele y se transfiera el embrión, pero el método es, como su nombre indica, mucho más “natural”. O no se emplea medicación alguna, lo cual requiere un control ecográfico muy estricto, o se añade un mínimo suplemento al final del proceso para desencadenar la ovulación, lo cual nos permite tener cierto control en el horario y que la paciente pueda compaginarlo con su trabajo.

En este caso, como el ovario produce sus propias hormonas, apenas es necesario el aporte externo y únicamente se pauta progesterona a bajas dosis.

-¿Y por qué se practica menos el ciclo natural si es mejor para la paciente?

El problema que tiene el ciclo natural es que no todas las pacientes pueden beneficiarse de su uso, ya que depende de que el ovario trabaje correctamente.

Por otra parte, no permite un control del calendario, ya que estamos sujetos al ciclo menstrual de la mujer y esto supone dar servicio ininterrumpido a nuestras pacientes, aunque esto no es un problema ya que estamos convencidos de que es lo mejor para ellas.

Respetar el ciclo natural de la mujer a la hora de hacer un tratamiento de reproducción asistida implica hacer un seguimiento casi diario de las pacientes, ya sea en días festivos o verano. La paciente es lo importante, no el horario. En Clínica Nida creemos en el ciclo natural y lo indicamos siempre que es posible a nuestras pacientes. El objetivo principal es conseguir un embarazo de un bebe sano, pero poniendo el foco siempre en las necesidades de la paciente.