Cada vez más son las parejas que acuden a clínicas de reproducción asistida al encontrarse con problemas a la hora de conseguir concebir un hijo. Como señalan los expertos de Clínica Nida, el factor principal por el que hay un aumento de problemas de fertilidad es el retraso de la maternidad. Y es que aunque nos sentimos jóvenes, a partir de los 35 o 36 años, desde el punto de vista biológico, la capacidad reproductiva de la mujer cae drásticamente.

-¿Cuándo debemos acudir a un especialista?

Depende de la edad de la mujer. No se considera que exista un problema de esterilidad si no ha transcurrido un año desde que busca el embarazo. Pasado ese año, es cuando recomendamos que acudan a especialista. Si la mujer está cerca de los 40 años, el tiempo se reduce, por lo que si en seis meses no consigue quedarse embaraza, debe consultar a profesionales.

Asegurarse de que todo está correcto ayuda a las parejas que muchas veces vienen angustiadas a nuestra consulta. Y en caso de que exista algún problema real, cuanto antes se pongan en manos de los profesionales, mayores serán sus probabilidades de éxito en el tratamiento.

-¿Existe algún tratamiento que destaque por su efectividad?

No hay ninguna “varita mágica” que asegure a las parejas poder concebir un hijo. Existen distintos tratamientos, y la decisión de aplicar uno u otro depende del resultado de la pruebas realizadas y del diagnóstico individualizado de cada pareja o paciente. Lo que si hacemos de manera general, independientemente del tratamiento, es la mejor selección embrionaria posible, buscando dar las máximas posibilidades de embarazo.

-¿En qué consiste la selección embrionaria?

De forma natural, la mujer ovula uno o dos óvulos en cada ciclo. Cuando estamos con un tratamiento de fecundación invitro (FIV), se intentan rescatar el mayor número de óvulos, que son fecundados después, y dan lugar a los embriones. Estos embriones se “cultivan” desde dicha fecundación hasta el día 5 o 6 de desarrollo, hasta alcanzar el estadío de blastocisto en el que pasan de ser embriones a blastocitos.

La importancia de este cultivo es que permite realizar una selección embrionaria, aumentando así las posibilidades de embarazo, ya que se ha visto que los embriones que consiguen superar esos primeros días, son los “más fuertes” (por decirlo de una manera coloquial) y tienen una mayor capacidad de implantación. La tasa de llegada a esta fase ronda el 50%.

Es fundamental contar con un equipamiento de última generación, con un muy buen sistema de incubación (a ser posible time-lapse) y un mejor programa de vitrificación (congelación) de blastocistos, así como un equipo de profesionales altamente cualificado que garanticen, en la medida de lo posible, que los embriones puedan seguir su desarrollo óptimo en las mejores condiciones posibles.

-Entonces, una buena selección embrionaria es fundamental.

Sin duda. Tenemos que estar convencidos de que a la hora de transferir el embrión en el útero de la mujer, tendrá las máximas posibilidades de convertirse en ese bebe que los padres tanto desean. Una buena selección embrionaria hasta el estadio de blastocito, nos permite plantearles a nuestros pacientes la transferencia de un único embrión, reduciendo drásticamente la posibilidad de embarazo múltiple. También reduce el numero de embriones que se congelan en cada tratamiento, que aunque pueda parecer una desventaja, en realidad nos ayuda a descartar embriones que no llegarían al día 5 o 6 de cultivo ( porque no son lo suficientemente “fuertes” para llegar a crear un bebe) ahorrando tiempo y dinero a nuestros pacientes.

Por otra parte también hay que decir que en algunas ocasiones los embriones no consiguen superar esos días de cultivo y llegar al estadio de blastocito , quedándonos sin posibilidad de transferencia a la futura madre.

-Pero ustedes recomiendan este proceso a sus pacientes en la mayoría de los casos.

Analizando ventajas y desventajas, en Clínica Nida apostamos por tratar de realizar la mejor selección embrionaria posible como una medida para aumentar la posibilidad de lograr un embarazo. Y lo hacemos no sólo apoyándonos en la ciencia, si no también en un equipo profesional multidisciplinar, que acompaña a la pareja en todo el proceso, valorando cada caso de manera individual.

-Al final el objetivo es el mismo, tanto para los futuros padres como para lo médicos.

Efectivamente. Trabajamos para que las parejas puedan tener un hijo sano en caso, y es que no hay nada que nos guste más que poder ver a los bebes de nuestros pacientes y decirles “bienvenidos al mundo”.