"Tú sólo no puedes, con amigos sí", decían en La bola de cristal, el programa de los años 80 que muchos tuvimos el gran placer de disfrutar cuando éramos niños.

Cooperativa de viviendas: agrupación o asociación de personas que conjuntamente arrancan un proyecto común para promover unas viviendas y/o locales con el objetivo de habitar en ellos. Da lo mismo quién los haya puesto de acuerdo o en contacto con el proyecto, si fue un grupo de conocidos o un colectivo o quien se dedique a la gestión de cooperativas de viviendas haya sido el que los haya agrupado. Lo importante es la existencia de este grupo, que decide individualmente (y esto no es algo intrascendente) acometer su autopromoción, en grupo o colectivamente (lo que tampoco debemos pasar por alto).

Otro concepto importante: la información, que es la argamasa que conjuga y unifica los diferentes intereses individuales en la búsqueda del interés colectivo. La información es imprescindible no solo para que cada cooperativista sea consciente de sus derechos y deberes (también hay deberes) sino también para que las decisiones mayoritarias que se adoptan dentro de una cooperativa sean las más razonables e idóneas para el proyecto colectivo. No olvidemos que opera el precepto de una persona socia, un voto.

Constituido ese grupo humano, heterogéneo de por sí, se le incorpora todo lo necesario para operar en el complejo sector inmobiliario, caracterizado por la gran diversidad normativa, interacción de todo tipo de agentes, presencia decisiva y decisoria de la Administración Pública, retos en forma de burocracia y de especulación, esto último algo tan infelizmente inherente a un sector donde se manejan grandes cantidades de recursos económicos.

Debemos tener muy en cuenta que el dinero necesario será en su mayor parte prestado o incluso adelantado, o bonificado, pero el origen siempre va a salir del mismo sitio: del bolsillo de quienes conforman la cooperativa, más temprano o más tarde, en un breve intervalo de tiempo o a lo largo de casi toda una vida.

Llegados hasta aquí, ya tenemos el compendio preciso, la cooperativa de viviendas acompañada de una entidad que le asesore o gestione las cuestiones técnicas en las que hay que invertir demasiado tiempo, conocimiento y experiencia. La cooperativa habrá contratado un equipo técnico de arquitectura y enxeñeiría, contará con la imprescindible presencia de la entidad de crédito correspondiente y contratará los seguros a los que obligue esa legislación diversa y también necesaria (algo deberíamos haber aprendido de las crisis económicas y las experiencias de la desregulación). No está de más contar con una notaría dispuesta a la ayuda delante de las ventanas de los diferentes Registros y organismos públicos.

Así las cosas, tendremos una cooperativa, que dentro del mercado inmobiliario significará una alternativa más para operar, aunque también con algunas capacidades diferentes y dignas de ser destacadas: las personas socias podrán habitar sus viviendas con un esfuerzo económico menor del que invertirían si no estuvieran bajo esta fórmula asociativa, tendrán conocimiento puntual de su proyecto, decidirán y participarán sobre y en él dentro del marco económico que se concedieron ellos mismos y sobre todo, al menos alguna de esas personas socias habrán aprendido que la unión hace la fuerza.

La vivienda, un derecho

La experiencia cooperativa en el apartado de la vivienda puede significar no solo que se consigue acceder a la vivienda.

La fórmula asociativa también lleva a la conciencia de que se puede conseguir un mercado donde el acceso a la vivienda recupere su concepción de derecho y esté a la disposición de quien lo necesite, evitando que se trabaje para vivir y no al revés; de que las políticas de vivienda se dirijan hacia este objetivo; de que desde la plataforma cooperativa se pueden proponer otros proyectos acordes con una sociedad avanzada, a la par que los países del centro y norte de Europa: vivienda en cesión de uso, cohousing, gestión mixta público-privada vecinal de parte del parque de la vivienda... En definitiva, lo que podría ser un ejemplo hacia una sociedad más justa en lo que a necesidades básicas se refiere, por lo que tales experiencias en el sector de la vivienda tendrían de exportables a otros sectores.

Por lo de ahora, prestándose la ciudad para ello, en Galca Solucións Habitacionáis contamos con la ilusión de que se inicien proyectos cooperativos en zonas como Navia, Esturáns, Castrelos-Balaídos, Curva de San Gregorio, zona centro, Bouzas o Ramón Nieto, bajo la 'inspiración' de aquel programa de los años 80 donde decían: "Tú solo no puedes, con amigos sí".

Suso Cano, experiencia en gestión de cooperativas de viviendas