Organizado por el Consello Galego de Enxeñeiros Técnicos Industriáis (CGETI) y la Asociación de Profesionais de Seguridade e Saúde Laboral de Galicia (APROSAL), el 1.(er) Congreso Internacional: La Prevención y la Seguridad Industrial 4.0 se clausuraba el pasado viernes en el Círculo de Empresarios de Galicia - Club Financiero Vigo con unas cifras de éxito en la convocatoria: 183 inscritos (34 de ellos en streaming a través de internet) y 30 ponentes de renombre en sus respectivos campos procedentes de 26 empresas, centros tecnológicos e instituciones (PSA, AIMEN, CTAG, INSSBT e ISSGA por citar los de mayor entidad), para 18 intensas horas de trabajo repartidas en dos días de agenda apretada. Ante la dificultad de resumir toda esa actividad en un espacio tan reducido, cabe fijarse en las contribuciones de tres de los ponentes más interesantes del Congreso a juicio de los asistentes, que se incluyen a continuación.

Manuel Bestratén, Consejero Técnico de Dirección del Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo (INSSBT), aportó una serie de reflexiones sobre el futuro previsible de la empresa y la prevención de riesgos laborales (PRL) en base a los factores determinantes de su evolución histórica, la evolución del empleo y sus condiciones de trabajo, las exigencias de valores éticos y de competitividad, y la contribución efectiva de la PRL a la Excelencia y la Sostenibilidad en el marco de una nueva cultura empresarial. Y es que la cultura preventiva (su falta) está siempre detrás de los errores últimos de cualquier accidente.

La exigencia de valores éticos y de competitividad demanda una mayor eficiencia y transparencia en el funcionamiento de las organizaciones, incluyendo a la PRL. Y la continuada pérdida de competitividad, el empeoramiento de las condiciones de trabajo y la gravedad de la crisis económica vivida generadora de desigualdad, demandan con urgencia un nuevo modelo de gestión empresarial. Es necesario pues ir de una PRL reactiva a una proactiva, generadora de cambios, que puede hacer una contribución efectiva a la excelencia y a la sostenibilidad dentro de esta nueva cultura empresarial a implantar.

Antonio Ara, Professional Co-Active Coach (CPCC), con una extensa experiencia profesional liderando equipos internacionales en el mundo del automóvil, presentó una ponencia en torno a la potenciación del alto rendimiento de equipos.

Desde su punto de vista, las ideas más importantes acerca de la cultura de innovación se basan en que ésta debe volcarse en satisfacer las necesidades y los valores reales de los clientes, no bastando con permitir la innovación, sino que hay que potenciarla, teniendo muy en cuenta los avances de la sociedad y las nuevas tecnologías (win-win-win).

Es un hecho que la cultura de innovación es capaz de mover montañas, desde los comportamientos innovadores de los equipos y hacia los clientes, teniendo en cuenta siempre los valores de ambos, los cuales, unidos a las necesidades, son los que nos impulsan en nuestro trabajo. Entre otros claros beneficios, esta forma de trabajar produce empleados entregados, lo cual se traduce en menor absentismo, rotaciones, incidencias de seguridad, defectos de calidad, etc.

La forma de implantar una auténtica cultura de innovación, que puede necesitar entre 2 y 10 años, es actuando sobre el equipo innovación (brújula), mediante un liderazgo transformacional (motor), integrando departamentos (sin silos), unificando objetivos (estrategia) y promocionando comportamientos (energía), todo ello siendo fomentado desde "arriba". Esta teoría se ilustró con un ejemplo de implantación de la Cultura de Innovación en un Centro Tecnológico de Vigo, con resultados reales de aumentos de +50% de productividad, entre otros importantes beneficios. La clave del éxito, una vez más, ha estado basada en la integración de los valores de los clientes, los personales y el rol del puesto, dando siempre apoyo para conseguir flow entre capacidades y retos.

José Antonio Galdón, Presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial (COGITI), aportó su visión sobre el futuro de los profesionales en la Unión Europea, y la necesidad de incorporar sistemas de acreditación del Desarrollo Profesional Continuo (DPC) que valoren la titulación, la formación y la experiencia acumulada durante toda la vida de estos profesionales, de manera que el mercado sea capaz de reconocer toda su capacidad.

Los sistemas de acreditación son una tendencia que marca la Directiva de Reconocimiento de Cualificaciones Profesionales, cuyo principal objetivo es la movilidad laboral de trabajadores en Europa, incorporando un elemento de veracidad y trazabilidad a la carrera profesional. El COGITI dispone desde el año 2012 de un sistema de acreditación DPC propio que encuadra a los ingenieros en ocho niveles en función de la formación y experiencia adquirida en toda la vida del profesional, y que debe renovarse cada tres años.

La acreditación DPC contribuye a la empleabilidad, prestigio profesional y movilidad, y en estos momentos el COGITI realiza gestiones para que dicha acreditación facilite el acceso a la Tarjeta Profesional Europea, aprobada por el Consejo de Ministros en el pasado mes de junio siguiendo la normativa de la UE, destinada a ser el futuro "carnet de identidad profesional" de los trabajadores europeos.

Estas reflexiones anteriores, unidas a los conocimientos y experiencias compartidas por los ponentes, son muestra de sus importantes aportaciones al cuerpo de conocimiento de la Prevención y de la Seguridad Industrial, de cara a un futuro 4.0 que ya es presente para unas empresas que están obligadas a competir en un mundo globalizado. El éxito en este desafío pasará por lograr que unos profesionales motivados, dentro de unas empresas dinámicas y comprometidas con la seguridad, desarrollen soluciones novedosas que permitan obtener beneficios dentro de unos mercados cada vez más cambiantes y exigentes.