Uno de los temas más discutidos en el acalorado debate que tuvo la sociedad pontevedresa, cuando se comenzó a implantar el modelo urbano de la ciudad, era sobre la manera que afectaría al comercio local la limitación al tráfico rodado en las principales calles del centro.

Una de las posiciones, que apoyaba gran cantidad de gente, especulaba con que si los clientes no podían acercarse con su coche no optarían por las tiendas del centro. Parecía evidente que se irían a hacer sus compras a grandes superficies del extrarradio.

Una encuesta afirma que las reformas, como la ejecutada en Benito Corbal, benefician el comercio.

A medida que fue cambiando el paisaje del casco urbano se fueron resolviendo las dudas. La desaparición del tráfico del centro generó una movilididad alternativa mucho más eficiente, así como el aumento de plazas de garaje de pago y los parkings disuasorios atenuaron la circulación innecesaria de coches.

Por otra parte, hay que recordar que el gobierno local tomó en su momento una decisión política en favor del pequeño comercio del centro, al desincentivar la instalación de centros comerciales en su municipio.

Al final, la base peatonal de la ciudad trajo como consecuencia un desarrollo más acentuado del sector terciario de la economía, beneficiando empresas del contorno urbano. Una capital con vocación administrativa, comercial y de servicios tenía que ofrecer resultados positivos.

Según datos que aporta el Concello de Pontevedra, comparando los empleos en los sectores productivos de la economía privada de 2001 y los de 2015, se nota un relativo incremento de la importancia laboral de sectores como el comercio, la hostelería, en los servicios y empresas de la información y la cultura que cifran en un 7,2%.

Asimismo, según detalla una encuesta realizada a pié de calle y que ellos mismos publican, el 91% de los vecinos de la capital está adquiriendo sus alimentos en tiendas y supermercados ubicados en las inmediaciones de sus casas, y más de la mitad asegura no usar nunca el coche para realizar sus compras.

El mismo informe relaciona todo para evaluar positivamente al modelo, en beneficio de una ciudad sostenible, silenciosa y que protege el medio ambiente mientras genera actividad comercial e impulsa la economía local.

Es importante destacar otras cifras que se desprenden de este informe que asegura que solo el 11,4% de los vecinos usa el automóvil para ir al supermercado, subiendo al 18,6% el porcentaje de aquellas personas que lo usan en contadas ocasiones y para hacer compras grandes de abastecimiento para muchos días.

Más acentuada todavía es la preferencia de los ciudadanos a la hora de salir de compras, al margen de los alimentos. El 95% de los encuestados dijo que prefieren ir al centro de Pontevedra frente a la opción de ir a un centro comercial, apareciendo como salvedad la opción de comprar ciertos productos específicos u ofertas que no aparecen en escaparates de la ciudad.

Una década en positivo

Entre los años 2005 y 2015 creció de manera sostenida la instalación de empresas en la ciudad de Pontevedra. De 10.641 que había hace una década pasaron a 15.215, según datos de diciembre del año pasado. Esta información difundida por el Concello sorprende ya que como todos saben España en particular y toda Europa en general sufrieron durante ese período una crisis económica y financiera de gran envergadura. Más de 4.500 firmas nuevas representan un impulso en favor de la economía local. Se trata de mucha gente que realiza su actividad en la capital y la prueba de que son numerosos los emprendedores que eligen Pontevedra para desarrollar su profesión. En general, se trata de empresas del sector terciario, en su mayoría impulsadas por jóvenes que optan por una ciudad moderna y sostenible.