La cocina está de moda. Los chefs son tratados por los medios como auténticas estrellas, a la altura de las numerosas Michelin que año tras año alcanza la restauración española. Al tiempo, los fogones se han hecho fuertes en la programación televisiva, donde cocineros tanto profesionales como aficionados compiten por hacerse un nombre en el menú de la gastronomía nacional.

Alumnos de una escuela de hostelería de Vigo.

Todos estos factores han impulsado la demanda de plazas en las escuelas de cocina para formarse como cocinero profesional. "La profesión está en la actualidad muy solicitada y muy bien remunerada, en comparación con los sueldos que actualmente tienen los estudiantes que salen de nuestras universidades. En nuestra escuela, cada vez es mayor el número de licenciados que acuden a nosotros para formarse y conseguir nuestro título con el fin de asegurarse su vida en el mercado laboral", explica Elena Zulueta, chef profesional y directora de Harina Blanca en Vigo.

Existen diferentes formas de entender la formación en cocina. Hay centros de estudios que se recrean impartiendo a sus alumnos infinidad de documentación teórica dejando de lado la práctica diaria en los fogones. Otros utilizan métodos combinados teórico-prácticos donde el profesor cocina delante de los alumnos y éstos observan y anotan lo que consideran más interesante de la exposición culinaria en cuestión. En un tercer nivel se encuentran aquellos que consideran que lo fundamental de un cocinero es desenvolverse en los fogones y utilizan una gran parte del tiempo docente en el trabajo diario en la cocina.

"Yo empleo la tercera opción, porque mee ha dado siempre buenísimos resultados -señala Zulueta-. Hay una máxima de nuestros ancestros que dice que ´a sachar apréndese sachando´ y eso es lo que diariamente hacemos en Harina Blanca. Nuestros alumnos se pasan todo el tiempo que están allí cocinando y repitiendo todas las recetas de nuestro programa académico, hasta que dominan la técnica de las mismas. Ésto tiene un costo muy elevado en materias primas pero entiendo que es la única manera de terminar el curso con buen nivel en el manejo de las técnicas de la cocina, tanto dulce como salada".

Alumnos de una escuela de hostelería de Vigo.

La importancia de la bolsa de trabajo

"Lo ideal en una escuela es que tenga el prestigio suficiente para que el título conseguido en ella sea una carta de presentación a la hora de la entrevista de trabajo. Si esto no ocurre, el cocinero recién titulado tendría que peregrinar por las posibles ofertas hasta encontrar una justamente remunerado", afirma Zulueta.

Así mismo, es fundamental que el centro de formación cuente con bolsa de trabajo. "Una persona de nuestra plantilla se encarga de tenerla al día y de atender a los exalumnos que necesiten este servicio de colocación. En estos momentos hay exalumnos de nuestra escuela en El Celler de Can Roca, Pepe Solla, Culler de Pau, Luís Lera€ Es algo que nos llena de orgullo y nos anima a seguir impartiendo nuestro tipo de docencia, que estamos convencidos, cada vez más, que ayuda a nuestros alumnos en su formación y en la consecución rápida de su primer puesto de trabajo".