Díaz desembarca en Galicia para apoyar una marea de unidad en Santiago y a Podemos en A Coruña

La ministra demuestra su tirón popular repartiendo biquiños y selfies |En las fiestas compostelanas coincidió con Pontón, Formoso y Sémper

Yolanda Díaz es abrazada por su padre en A Coruña.

Yolanda Díaz es abrazada por su padre en A Coruña. / Cabalar

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

La Alameda de Santiago, que este jueves celebró el día grande de las fiestas de la Ascensión, se convirtió en epicentro de la campaña electoral, con la presencia de la líder del BNG, Ana Pontón, y del secretario xeral socialista, Valentín González Formoso, así como el portavoz de campaña estatal del PP, Borja Sémper. Pero la mayoría de miradas se posaron sobre Yolanda Díaz, que recibió abrazos a cada paso que daba por el pulmón verde de la capital gallega, repartiendo 'biquiños' con la destreza y rapidez de un croupier de Las Vegas.

La paradoja de Díaz y la “nueva izquierda” es evidente en este 28-M. La vicepresidenta y ministra de Trabajo es el principal reclamo electoral, según todas las encuestas, de este espacio político, pero su nueva formación, Sumar, no concurre a los comicios, y las tensiones con Podemos son evidentes para configurar su alianza en las generales, pues su equilibrio de fuerzas determinará los puestos en las listas, el control del aparato, etc. A ello se une el sudoku de alianzas, desavenencias, coaliciones y competiciones de este espacio el 28-M.

“Si no vas con Podemos, estamos perdidos”, le dedicó una señora al pie de la estatua de las Marías de Santiago, recuerdo de dos hermanas represaliadas por el franquismo y condenadas al rechazo social.

Yolanda Díaz en una pulpería en Santiago con María Rozas. 18 mayo 2023. Elecciones municipales. Xoán Álvarez

La ministra de Trabajo en una pulpería en Santiago con María Rozas. / Xoán Álvarez

Díaz, que trató de centrar su discurso en la política de vivienda en Santiago, con gran presión de los pisos turísticos, apoyó a la candidata a la Alcaldía de Compostela Aberta, María Rozas, que aglutina a Podemos, antes de visitar A Coruña, donde avaló la lista de Podemos y EU, de José Manuel Sande, que compite en las urnas con la Marea Atlántica, ejemplo para la ministra en el pasado de las mareas municipalistas que irrumpieron en 2015 y se despeñaron en 2019. Las encuestas pronostican malos resultados para las tres listas, hasta el punto de que el partido morado se arriesga a no acceder al consistorio herculino.

Allí, vivió el momento más emotivo de su visita, cuando recibió el abrazo y los besos de su padre, el sindicalista Suso Díaz, que cierra la lista de Podemos en la urbe herculina.

Por la mañana, Díaz rechazó los ataques del PP, después de que uno de sus senadores llegase a decir que la ley de vivienda había nacido sobre las “cenizas” del atentado contra Hipercor, en alusión al apoyo de Bildu al texto legislativo.

“Estoy muy satisfecha porque en nuestro país, por fin, hoy no sufrimos la violencia terrorista de ETA. Los demócratas de este país debemos tomarnos esto muy en serio”, respondió Díaz antes de aludir a su encuentro previo en la calle con Borja Sémper. “Sabe muy bien de lo que hablo”, dijo sobre el vasco. “Le pido a los dirigentes políticos del PP que no jueguen con las cosas que importan, que no vale todo en política”, añadió.

Reclamó alejar el debate “del ruido”, acusó a los “márgenes empresariales” de causar la crisis de precios actual y apostó por centrar la campaña en medidas que favorezcan a la clase trabajadora, como la ley de vivienda, que pretende limitar al 3% la subida de alquileres.

Díaz es ejemplar en combinar sonrisas y biquiños que repartió a los populares Borja Sémper y Borja Verea, a Ana Pontón, a los socialistas Sánchez Bugallo, José Manuel Lage y el exedil Pancho Candela y todo aquel ciudadano que se le acercó, con la dureza discursiva. Lo hizo al responder a las palabras de un miembro de Vox en Castilla y León, que aludió a los sindicatos como “comegambas”. “Hay personas y proyectos que no aportan nada a la cosa pública”, zanjó Díaz, que en su periplo a través de la Alameda compostelana copió la foto de Verea y Sémper sosteniendo pulpo en una carpa donde comió cefalópodo y churrasco, que, con la empanada, conforman la santísima trinidad de los festejos populares gallegos.