Hubo foto finish. PP y PSdeG protagonizaron ayer un ajustadísimo sprint por ver quién de las dos siglas se alzaba con la victoria en VigoProlongada la contienda t ête à tête hasta prácticamente el final del escrutinio, al final, hubo lo que se suele considerar en las noches electorales como un empate técnico. Los populares (44.064; 32,5%) ganaron por un puñado de papeletas,populares 900, frente a un Partido Socialista que, a contracorriente con la tendencia a nivel autonómico, obtuvo en la ciudad uno de sus mejores resultados de la noche (43.332; 31,9%) en el mapa de las grandes y medianas localidades.Tercero fue el BNG: no logró el sorpassopero el efecto Pontón sí tuvo su eco (31.628; 23,3%). En Común fue cuarto (8.246; 6%), relegado por un nacionalismo que lo esquinó de al radiografía viguesa del 12 de julio.

Los resultados poco tuvieron que ver con los de 2016. Ganó de nuevo el PP, como desde que Feijóo encabeza el cartel, aunque se dejó por el camino 1,9 puntos y 7.000 papeletas respecto a las últimas autonómicas en una plaza en la que aspiraba a recobrar, con Corina Porro compartiendo ticketel terreno perdido desde el batacazo de Elena Muñoz. No fue, de hecho, hasta avanzado casi el 90% del escrutinio cuando logró desbancar a los socialistas. En los últimos años los populares echaron el resto por rearmarse en la urbe olívica, recuperando rostros conocidos como el de Porro y Javier Guerra y reivindicando la hoja de servicios de la Xunta de Feijóo en la ciudad, con actuaciones como la Ciudad de la Justicia y promesas de nuevas obras, y con especial interés en tratar de aplacar los conflictos en la sanidad.

Se le escapó al PSdeG la que iba a ser una de sus escasas victorias de las elecciones, la única en una capital, pero la formación pilotada por Gonzalo Caballero pudo hacer una lectura de vaso medio lleno: se embolsó 8.800 votos más; un ascenso del 9,3%. Vigo volvió ser aliada de las siglas del puño y la rosa, circunstancia que no se puede explicar sin el factor Abel Caballero, tío del candidato del PSdeG, referente del partido y alcalde por mayoría absolutísima.El 31% de apoyos cosechado no tiene comparación con los recabados en A Coruña, Santiago, Pontevedra, Lugo, Ferro y Ourense, donde el nacionalismo superó al proyecto del PSdeG.

Así pues, el BNG fue el otro protagonista. El frente pilotado por Pontón, que en la corporación municipal se tiene que conformar con un edil no adscrito, logró 22.125 votos más que en 2016: una escalada de 17 puntos. El rupturismo, representado en aquel caso por la marca En Común, se quedó con un 6% de las papeletas, prácticamente el mismo caudal que el obtenido en las muicipales, pero muy por debajo del 18,8% de las generales. Hace cuatro años, concurriendo a las autonómicas como En Marea, fuera precisamente este espacio quien superara al PSdeG al obtener 41.000 votos y capitalizar apoyos del nacionalismo y el socialismo. Vox (2.913; 2,15%), Cs (1.671; 1,23%), PACMA (919; 0,68%) y Marea Galeguista (355; 0,2%) se quedaron muy lejos del centro de la batalla del 12-J.