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Un déjà vu

Análisis de la vuelta a 1997 de la política gallega

Feijóo celebra la victora electoral con su pareja // Xoán Álvarez

Vuelta a 1997. Un Parlamento, donde el PP reina cómodo con su mayoría absoluta, y donde solo hay tres fuerzas, los populares en el flanco del centro derecha, y a la izquierda nacionalistas y socialistas, siendo el BNG la alternativa al PPdeG.

El 19 de octubre de 1997, Manuel Fraga repetía mayoría absoluta, y la gran noticia era que Xosé Manuel Beiras convertía al BNG en líder de la oposición, al pasar de 13 a 18 escaños, y protagonizaba el sorpasso al PSdeG, que se quedaba con 15 diputados.

Veintitrés años después, ayer hubo un dèjá vu. Las encuestas ya anticipaban la mayoría absoluta del PP, y así fue. Alberto Núñez Feijóo repetirá como presidente de la Xunta con una mayoría holgada y reforzada. Su hazaña es importante, pues lo hace tras 12 años de gestión y en medio de una pandemia sanitaria. Y además vuelve a frenar la entrada en Galicia de sus directos competidores en el espacio del centro electoral del centroderecha: Cs y Vox.

Sin embargo, la sorpresa radica en la reordenación en el flanco de la izquierda. En el trasvase de votos entre los partidos progresistas. Galicia vuelve a la normalidad de 1997. Desaparece Galicia en Común, que empezó a germinar en 2012 con el proyecto de AGE, liderada por Xosé Manuel Beiras y Yolanda Díaz.

La fuerza rupturista es la única culpable de su desastre electoral. Durante cuatro años solo protagonizaron crisis tras crisis, peleas por el poder, que diezmaron la confianza de los gallegos en ellos. La formación de Pablo Iglesias debe abrir una profunda reflexión. No logran rentabilizar su presencia en el Gobierno. De un plumazo pasaron de 14 a cero diputados.

Y el PSdeG cede posiciones ante el BNG. En 1997, fue Abel Caballero ante Xosé Manuel Beiras. Y ayer, fue su sobrino Gonzalo Caballero frente a Ana Pontón. ¿Qué falló para que el PSdeG pasara de ser en 2019 la fuerza más votada en las elecciones generales de abril a convertirse en la tercera fuerza el 12-J? Que el viento de cola que debía suponer la presencia de Pedro Sánchez en Moncloa se difuminó con la gestión del Covid-19, y que el candidato no fue capaz de tirar del proyecto y su campaña tampoco ayudó a sumar votos.

Al PSdeG le falta proyecto propio. En los últimos tiempo se ha diluido su marca galleguista, y Gonzalo Caballero en más de una ocasión parecía más el delegado del Gobierno en Galicia, que el líder del PSdeG dispuesto a defender los intereses de la comunidad en Moncloa, por mucho que moleste a sus jefes en Madrid.

Y además el BNG hizo mejor campaña que los socialistas y tenía una mejor candidata, más carismática. Ana Pontón eclipsó en el debate de la TVG a su rival en la banda izquierda. Su tono moderado y propositivo se impuso a un Caballero, que parecía enfadado. El logro de Pontón es mayúsculo. Cuando en 1997, Beiras adelantó a Abel Caballero, en Madrid gobernaba José María Aznar, y ahora el PSdeG tenía al PSOE en Moncloa.

Además rompe el techo de Beiras y mejora su resultado. El histórico dirigente nacionalista sumó en 4 años cinco escaños, pasando de 13 a 18 diputados. Pontón triplica la cifra, de 6 a 19. ¡Casi nada!

Con una campaña personalista y en positivo, el BNG se coloca en disposición de disputar al PPdeG la presidencia de la Xunta dentro de cuatro años. A no ser que en el PSdeG surja un nuevo Touriño, y entonces volvamos a hablar de un trasvase de votos entre las fuerzas de izquierdas, que acostumbran a comportarse como vasos comunicantes.

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