Luís Villares (Lugo, 1978) insiste en culpar a la falta de tiempo de alcanzar 14 escaños, cuando él aspiraba al menos a 25. Reconoce que el 25-S no solo no abrió la puerta al cambio, sino que acerca unas terceras elecciones generales a las que En Marea se presentaría como partido y advierte al PSOE de que entorpecer los gobiernos de las mareas será "penalizado electoralmente".
-¿Por qué mantiene la mayoría absoluta el PP?
-Porque tiene más votos que nosotros. Para En Marea, una de las cuestiones fundamentales fue la falta de tiempo para dar a conocer el proyecto tras un proceso de confluencia ajustado en el tiempo. Nuestro primer éxito fue conseguir ofrecer una estructura política; el segundo, votar con ilusión; el tercero, gobernar, lo aplazamos a 2020.
-Alguna explicación más habrá. Hubo tensión con Podemos, unas primarias que muchos veían de cuotas, debate sobre el peso nacionalista en el discurso...
-Mantuvimos que Galicia es una nación y como tal debe comportarse. En relación a la confluencia, no fue tanto el resultado de las listas como el tiempo previo. Pero siempre que se forma algo nuevo es inevitable y es bueno que haya debate. Hicimos muy bien que, una vez constituidos, los pasos fueron firmes y sin titubeos. Se vio la irreversibilidad del proceso.
-Si hay terceras generales, ¿En Marea se presentará como partido?
-En Marea vino para quedarse. La respuesta es sí.
-Dijo: "la derrota de Feijóo será la de Rajoy y En Marea garantizará que no haya terceras generales". ¿La conclusión es la contraria ante la mayoría absoluta del PP?
-Estamos más cerca [de las elecciones], efectivamente. No logramos transmitir un mensaje diferente a la política española de que era posible derrotar al PP y entenderse. Y no ayuda el panorama del PSOE a nivel estatal. Estamos más cerca de las terceras generales. El escenario no es esperanzador.
-¿La oportunidad de cambio de ciclo de que hablaba el rupturismo desde las municipales ha llegado a su fin, ante la crisis del PSOE y la que se larva en Podemos?
-Es mucho más difícil. En Marea transmitirá que esa alternativa es posible todavía y somos capaces de llevar la iniciativa para impedir que el PP siga gobernando. En la política estatal esto tuvo tanta mella que el PSOE se desestabiliza por eso. Una parte se da cuenta de que llevan al país al desastre por no entenderse con Podemos y otras fuerzas. En función de quién gane, veremos una posición u otra.
-¿Cómo ve la crisis del PSOE?
-Es consecuencia de esa falta de claridad sobre cuáles debían ser las prioridades del partido en relación a frenar a la derecha: una parte lo tiene claro y otra, no tanto. Pero les corresponde a ellos resolverlo. Si antes del 25-S éramos la fuerza antagónica al PP, la crisis del PSOE nos coloca más claramente como alternativa.
-Usted puso como modelo para la Xunta el bipartito en Ferrol, que se rompió horas después del 25-S. Ahora, parte del PSdeG pide un cambio en la relación con las mareas de A Coruña y Santiago. ¿Va a modificarse su relación?
-En Ferrol es un problema de personas, no imputable a la relación con Ferrol en Común. El PSOE no podía permitirse ser fagocitado social y políticamente por gobiernos brillantes de las mareas, que es lo que estaba pasando, y su posición de resistencia llevó a intentar, para evitar desaparecer, una diferenciación de las mareas. Pensé que cambiaría tras el 25-S por la necesidad de entendernos en la Xunta...
-Pinta todo lo contrario...
-Es una decisión del PSOE, pero quien entorpezca los gobiernos de progreso va a ser penalizado electoralmente.
-En A Coruña y Santiago perdieron votos. ¿Castigo a los gobiernos de Xulio Ferreiro y Martiño Noriega?
-No, en locales se vota en una clave y en autonómicas, en otra.
-Vista la guerra del PSOE y el pulso entre Iglesias y Errejón en Podemos, ¿serán ustedes finalmente la oferta más estable como proa de la oposición?
-Lo dijimos el primer día y nadie lo creía. Nuestro modelo funciona, aunque no tuvimos tiempo de que se percibiese. Demostramos nuestra cohesión interna, unidad de discurso... En el futuro vamos a ser el partido que, con mucha estabilidad, daremos una alternativa a este país. Eso no quiere decir que ofrezcamos una política gris.
-¿Le afectó que estallase el pulso entre Iglesias y Errejón en Vigo el día en que querían dar un impulso a la campaña, restándole foco a usted?
-La presencia de ambos sumó, pero es cierto que la polémica no nos vino bien, aunque no afectase a En Marea, sino a la vida interna de Podemos. También que estuviesen sus imágenes en Galicia me colocó a nivel estatal (sonríe). Pero hubiese sido mejor que no hubiese sucedido.
-¿Cambiaría algo de la campaña? En privado, en En Marea se comenta mucho su estrategia.
-Profetas del pasado hay muchos. En líneas generales estuvo bien y fue propia de un partido. ¿Qué cambiaría? Tuve que aprender rápido al llegar a la política.
-Va a ser portavoz en la Cámara. ¿También líder orgánico?
-Los estatutos no prevén un secretario general, pero sí ejercer la portavocía nacional.
-Crearán una estructura paralela a la de Anova, EU y Podemos, que fueron quienes más dudas mostraron de entrar en En Marea. ¿Diluirá a estos últimos en Galicia?
-Esa decisión le corresponde a ellos. Permitimos la doble militancia y concedemos amplio grado de autonomía a las mareas municipales. Y esas seguirán siendo nuestras señas de identidad. Como En Marea, nos corresponde consolidar nuestro espacio para que todo el mundo pueda participar con independencia de que se haga en otros espacios integrados. Podemos u otras organizaciones podrán seguir haciendo vida orgánica. Nuestro papel es que se sientan en su casa.
-¿Habrá cuotas de cada partido en la dirección de En Marea?
-No. Los estatutos prevén afiliación individual. Cada persona, un voto. Y si hay gente referencial que pueda postularse, lo hará, pero será por votos, no por cuotas.
-¿Marcará su participación política su carrera judicial?
-Evidentemente, va a ser difícil escapar de ese pasado. Pero la ley prevé garantías para que nadie dude de que mi actuación será parcial y justa. Así es para todos, empezando por el presidente del Tribunal Supremo [Carlos Lesmes, que fue alto cargo de Aznar].
"Tenía que decir que Feijóo ampara prácticas como las de Baltar, pero en el voto de la gente pesaron otras cosas"
- -Culpó a Feijóo de la corrupción y lo tachó de "cómplice del acosador" Baltar sin sentencia, pero en Ourense ganan un escaño. ¿Conclusión?-Teníamos la obligación de poner sobre la mesa que hacer desaparecer las siglas del PP no era causal: Feijóo ampara esas prácticas. La conclusión es que a la gente en Ourense la mueve otras cosas para votar, no solo eso. No le es indiferente que un acosador esté en la diputación...-No comparte entonces que el pueblo gallego es "ignorante", como dijo Fernán Vello.-Evidentemente, no. El voto reúne intereses, valores, preferencias... y pesaron otras cosas. Pero el PP fue penalizado el 20-D y el 26-J por los recortes y la corrupción.-Dentro de En Marea sorprendió su duro discurso contra el PP.-Usamos expresiones contundentes porque lo que describíamos era contundente. Cuando escuchamos que Baltar demandaba servicios sexuales a cambio de un enchufe es duro que lo diga yo, pero más duro es escucharlo. O que se le denieguen medicamentos a enfermos. La corrupción y financiación ilegal en la trama Gürtel también es dura.-Si con eso no derrota al PP, ¿cómo pueden hacerlo?-A pesar de eso, la gente confía en el PP por una razón en que no tuvimos tiempo de insistir: la capacidad de ofrecer una alternativa estable y solvente. Se dijo de que éramos un caos y no tuvimos tiempo de mostrar que no era así.-Su lema era "un país justo". ¿Será Galicia más injusta hasta el año 2020?-No será todo lo justo que querríamos. Las políticas sociales debían seguir otro camino y lucharemos para que el país sea un poco más justo.
